Los
´50
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Toda una época. Desde aprender a leer
hasta el primer orgasmo, actividades que hacia finales de la década
aprendí con entusiasmo a practicar juntas.
Teatro todos los sábados. Al principio
en brazos. Por gusto de mi padre la revista porteña y su humor inefable.
Por el de mi madre comedias, y Miguel de Molina una y otra vez en el
Tronío. Algo de la escena independiente de la época por gusto de tíos
progres muy queridos. Ahí mi debut generando texto: Narciso Ibañez Menta
durante una función de El fabricante de piolín: “Si la criatura
no se calla yo no continúo”
Bicho raro: tímido y fantasioso. En una
ecléctica librería de barrio -la Mickey- encontré la manera de
protegerme del mundo: mirarlo sólo a través de las páginas de un libro.
Verne, Salgari, Dickens, Defoe, Twain, Melville, y de golpe, abombadores
como un cachetazo en cada oreja, Horacio Quiroga y Roberto Arlt. |