Fragmento
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Fragmento de Abran cancha, que aquí viene don quijote de la mancha

 

Episodio de Sancho Gobernador

 

(Fragmento)

VIEJO 1 Señor gobernador, estoy asombrado de que haya resuelto un asunto tan

complicado.

SANCHO (Con mezcla de satisfacción y humildad.) Vea, amigo, le diré cuál es mi

lema: siempre hay una solución para cualquier problema.

(El viejo 1 sale. Sancho se dirige al consejero.)

Este problema me costó mucho esfuerzo. ¿Qué le parece si me trae el almuerzo?

CONSEJERO (Muy serio.) ¡Imposible! Quedan muchos asuntos para resolver, y un

gobernador no puede comer mientras haya trabajo para atender.

(Le entrega a Sancho una enorme carpeta llena de papeles. Sale. La luz disminuye

ligeramente y adopta un matiz rosado que indica la llegada del crepúsculo. El

consejero entra. Trae un libro de gran tamaño.)

SANCHO Me pasé todo el día resolviendo problemas. Me parece que ya es hora de

comer la cena.

CONSEJERO Muy bien, muy bien, pero antes de comer...

SANCHO (Preocupado.) Antes de comer... ¿qué?

CONSEJERO Antes de comer, hay algunas cosas que tiene que aprender. Un

gobernador solamente puede comer... lo que puede comer un gobernador. (Abre el

libro.)

SANCHO ¿Qué es eso? ¿Para qué me trae un libro? Tengo ganas de comer, no de

ponerme a leer.

CONSEJERO Este libro grande y gordo es el libro de la comida. Tendrá que comer

lo que él mande durante toda la vida.

SANCHO No estoy acostumbrado, pero imagino que en el libro habrá algo de mi

agrado. Debe tener muchas comidas, porque es un libro enorme. Seguro que voy a

quedar conforme.

CONSEJERO Bueno... eh... en realidad...

(Repite esto gran cantidad de veces, cada vez con ritmo más acelerado, al tiempo

que da vueltas de un lado al otro.)

SANCHO ¿Qué le pasa? ¿Se volvió loco? Haga el favor de callarse un poco.

CONSEJERO Bueno... eh... en realidad... un gobernador tiene que entender que hay

cosas que no se pueden comer. Este es el libro de la comida... ¡que está totalmente

prohibida!

SANCHO ¡Basta! Terminemos con esta tontería. Yo soy el gobernador y trabajé todo

el día. (Enojado.) ¿Usted cree que voy a estar toda la función sin comer? Ya me cansé

de esta escena. Vaya a traerme la cena.

CONSEJERO No se enoje. ¿No ve que el público está mirando? Tenemos que seguir

representando. Puede comer lo que al gobernador le está permitido. Lo demás está

prohibido.

SANCHO Por favor, tráigame lo que le pido. Para empezar quiero... un bife con papas

fritas y algunas ensaladitas, una fuente de milanesas y una torta de cerezas... algunos

sandwichitos de jamón y unas tajadas de melón, un colchón de arvejas y un guisito de

lentejas, ravioles con salsa de tomate y un flan de crema y chocolate, un pollito a la

parrilla y una leche con vainillas, tres docenas de bananas y un panqueque de manzana,

un plato de tallarines y veinte chocolatines...

CONSEJERO No se lo puedo traer. Son cosas que un gobernador nunca podrá comer.

(El diálogo que se desarrolla a continuación tiene un ritmo cada vez más vertiginoso.)

SANCHO Entonces, aunque sea tráigame una milanesa.

CONSEJERO Le hace mal a la cabeza.

SANCHO Una docena de factura.

CONSEJERO Le hace mal a la cintura.

SANCHO Un chorizo y dos morcillas.

CONSEJERO Le hace mal a las rodillas.

SANCHO Una bolsa de caramelos.

CONSEJERO Son muy malos para el pelo.

SANCHO Un buen plato de ensalada.

CONSEJERO No se lo traigo nada.

SANCHO Café con leche con medialunas.

CONSEJERO Ya no me queda ninguna.

SANCHO Huevos fritos con papas fritas.

CONSEJERO Le hace mal a la pancita.

SANCHO Entonces, papas fritas con huevos fritos.

CONSEJERO Le hace mal al apetito.

SANCHO Un sándwich de jamón y queso.

CONSEJERO No le puedo traer eso.

SANCHO Entonces, un sándwich de queso con jamón

CONSEJERO Le va a hacer mal al pulmón.

SANCHO Tráigame un plato de arroz.

CONSEJERO Es malo para la voz.

SANCHO Una torta de ciruelas.

CONSEJERO Le va a hacer mal a las muelas.

SANCHO (Furioso.) ¡Estoy harto! Me voy al restorán de al lado.

CONSEJERO Es tarde, ya está cerrado.

SANCHO Aunque sea tráigame una taza de café con leche.

CONSEJERO Imposible. Eso es muy malo para el cocopocosocomeche.

SANCHO (Muy desconcertado.) ¿Y qué es el cocopocosocomeche?

CONSEJERO ¿Cómo? ¿No sabe qué es el cocopocosocomeche? Es algo a lo que le hace

muy mal el café con leche.

SANCHO Bueno, entonces tráigame leche con café.

CONSEJERO No, no, eso le hace mal al pie.

SANCHO Mire, estoy cansado y quiero dormir. Hágame el favor de salir.

(El consejero sale.)

SANCHO Esto no puede ser, necesito algo para comer. Menos mal que en los bolsillos

tengo dulce de membrillo! La verdad es que ser gobernador no es como yo pensaba. Hay

que trabajar mucho y no se puede comer nada. Voy a volver con Don Quijote a recorrer

los caminos y realizar hazañas, y aunque a veces coma poco, es mejor eso y no tener un

consejero loco.

(Se despoja de los emblemas de gobernador mientras canta.)

Ya no quiero ser importante ni que me llamen "señor", prefiero vivir como antes y no ser

gobernador.

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Fin del fragmento de Abran cancha, que aquí viene don quijote de la mancha.

Este texto está editado por Ediciones Colihue

 

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