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OBJETOS PERSONALESMonólogo
El espacio escénico se
encuentra totalmente poblado de maletas, baúles, paquetes, envoltorios,
mochilas y toda clase de bultos y encomiendas. Estamos frente a algo que
se percibe como un depósito de equipaje, dado que los bultos que allí están
depositados están todos numerados, con su correspondiente número. Los números
son grandes y visibles, más grandes que lo acostumbrado. Y de series y colores
diferentes. Si bien se presume que se
trata de un depósito de equipaje, nada confirma la identidad de este lugar, ni
su ubicación en el planeta. El lugar no tiene entradas
ni salidas. Así que quien se encuentra allí adentro no tiene posibilidad de
irse. De las maletas allí
depositadas algunas son muy antiguas, desvencijadas, cubiertas de un polvo
ceniciento. Otras brillan como si estuvieran recién compradas y su diseño es
muy moderno. Amontonadas en orden, apiladas, estas
maletas constituyen el único paisaje escénico. En una de las paredes del lugar hay un altavoz por donde se escuchará la
voz en off de la protagonista. Dado que no hay puertas ni
ventanas, toda luz es cuidadosamente artificial, gélida a veces, a veces cálida. No hay sonidos exteriores,
por lo tanto sólo se percibe el sonido que produce Casalia Belprop, la
protagonista al desplazarse entre tantas maletas. El lugar es un espacio en
sí, donde nadie puede entrar ni salir.
CASALIA BELPROP, también
llamada DIVA o LA ACTRIZ. Mujer de edad mediana,
indefinible. Exótica. Bella, extravagante. El otro personaje: su
propia voz grabada que se emitirá por el altoparlante.
La luz al comienzo -absolutamente irreal- permite ir
distinguiendo las maletas, intuirlas sin definición, presentir un mundo
embalado, con sus espectros. Casalia Belprop, envuelta en un precioso impermeable
gris plata, elegante, alta, aún más alta por los altos tacones que calza, con
guantes al tono y un paraguas brillante, deambula buscando su equipaje. Lleva en
la mano el ticket con el numero 46. Se la ve ocupada tratando de encontrar sus cosas,
sin hallarlas. La acción de buscar
se intensifica. La luz aumenta lentamente. Casalia se muestra inquieta y, para controlar su
inquietud, verifica constantemente el número de su ticket con los que cuelgan
de las maletas. Por el parlante sale su VOZ EN OFF: -Tres, quince, setecientos noventa y cuatro. Mil
quinientos once. Cincuenta mil ochocientos veintiséis. Un millón setecientos
setenta y tres. Catorce millones trescientos noventa mil uno. Cuarenta y cuatro. Cinco. Quinientos cincuenta y cinco. Cinco mil
quinientos cincuenta y cinco. Cincuenta y cinco mil quinientos cincuenta y
cinco. Cinco millones quinientos cincuenta mil quinientos cincuenta y cinco. CASALIA: (Habla en voz alta por primera vez)
¡Esto es insoportable! (Patea una maleta con furia. Parece de piedra. Su pie
rebota. Pega un grito y se agarra el tobillo. Salta en un pie aullando por el
dolor. Mientras continúa su búsqueda en un pie y dolorida se escucha su voz,
por el altoparlante: CASALIA EN OFF: Cuarenta. Cuarenta y uno. Cuarenta y
dos. Cuarenta y tres. Cuarenta y cuatro. Cuarenta y cinco. Cuarenta y cinco bis.
Cuarenta y cinco tris. Cuarenta y cinco y medio. Cuarenta y cinco y tres
cuartos. Cuarenta y seis.¡Cuarenta y seis, Casalia! Cuarenta y seis!!!! CASALIA: Cuarenta y seis!!!! (Agita su ticket)
Aquí está mi número. (Lo mantiene extendido, esperando que alguien se lo
reciba. Impaciente.
La voz bastante chillona) ¿Qué pasa? ¿Hay huelga?¿Adónde está el
responsable de este depósito infecto? Digo yo: ¿Quién está al frente de todo
esto? (Mira significativamente su reloj pulsera) Estamos en horario de
trabajo.(Para sí) A mí me esperan desde hace tiempo. No puedo fallar
por razones ajenas. Nunca llego tarde a mis citas importantes. (Nuevamente
con voz altisonante) Gente. ¡Vamos! ¡Necesito mi equipaje! ¡¡Lo
necesito!!! CASALIA EN OFF: Yo tengo el número cuarenta y seis.
No hay duda. Y aquí están las maletas cuarenta y seis. Claro que las mías
eran verdes. ¿O eran de color malva? Bueno, tal como estoy vestida, todo hace
presentir que despaché las blancas. Es natural. O por lo menos es bastante lógico.
Cuarenta y seis coincide con cuarenta y seis. Y yo soy cuarenta y seis. CASALIA: (Superponiendo su protesta con la ultima
parte de su voz en off) ¿Dónde está el Supervisor General? (Para sí,
con gesto de desagrado) Hace demasiado tiempo que no me cambio de ropa. (Camina
batiendo las palmas. busca un pañuelo en el bolsillo y lo agita para llamar la
atención. se pasea pisando maletas, bastante enloquecida) No hay derecho a
mantener a los pasajeros anclados sin saber si hemos llegado o si nos estamos
yendo. (Para sí) Si al menos supiera eso, yo personalmente podría tomar
otra actitud. La actitud de estar por encontrarme con alguien amado. O la clásica
actitud de despedida. (Guarda el pañuelo. Vuelve obsesivamente a controlar
su número. Y controla las maletas que ostentan el número cuarenta y seis. Algo
preocupada interroga:) ¿Es feriado nacional?¿El personal está de asueto?
Acaso es el aniversario de la Patria? (Intranquila, sintiéndose en falta) De
ser así, deberían haberme prevenido. Me hubiera puesto mi taileur escocés y
me hubiera clavado una gran escarapela en el pecho con el color correspondiente
al país correspondiente. Así al menos sabría a qué país me han trasladado.
Es más: agitaría entusiasmada la bandera de ese país.¿Qué me cuesta tener
un gesto solidario con el país que espero que me recoja en su seno? SU VOZ EN OFF: Es más: agitaría entusiasmada la
bandera de ese país.¿Qué me cuesta tener un gesto solidario con el país que
espero que me recoja en su seno? Mientras escuchamos el off, ella decide buscar
activamente su equipaje. Traslada todo un grupo de maletas de derecha a
izquierda. Detrás del grupo queda al descubierto un portaequipajes con ruedas y
maletas sobre él. Lo toma por la manija y se pasea con él. Lo ubica en el
centro. No le gusta. Lo mueve a un costado. Tampoco queda conforme. Camina por
la escena sin encontrar lugar para el carro. SU VOZ EN OFF: Cuarenta y seis es mi número pero no
corresponde. Sin duda durante el duro trayecto cambiaron el contenido, las
circunstancias. Mis maletas eran de cocodrilo negro. Recuerdo perfectamente la
forma, el tamaño, incluso el placer que me daba acariciarlas. El cocodrilo es
un tipo de lagarto inconfundible. El mío fue adquirido cuando recién había
roto el cascarón. La hembra había puesto cuarenta y seis huevitos. Yo adquirí
el último. Mi hermano prefirió el treinta y ocho: mucho más voraz. Mi hermana
prefirió el siete: atacaba a traición. El mío tuvo destino de equipaje y bajo
esa apariencia me acompaña siempre. CASALIA: (Saca un manojo de llaves que encuentra
en el bolsillo lateral de una mochila bastante rota) Atacaba a traición.
El mío tuvo destino de equipaje y bajo esa apariencia me acompaña siempre SU VOZ EN OFF: Es lo que corresponde a una persona
de mi categoría. Casalia encuentra unas maletas. CASALIA: Estas son de cartón pintado, aunque lleven
el número cuarenta y seis. SU VOZ EN OFF: Ahora está más claro. Se trata de
un “accidente intencional”. Canjean cocodrilo por cartón pintado. Casalia se coloca arriba del carro con maletas. Pose
de modelo de revista Vogue. CASALIA: -¿Así recibe a Casalia Belprop este país?
(Cambia de pose, con la misma propuesta) Mis admiradores me llaman
Diva. ¿Adónde están mis anfitriones? (Busca poses con maletas como si
estuviera en una sesión de fotografía) ¿Se olvidaron que me habían
prometido fotógrafos? Se peina sacando elementos de un bolso que
encuentra. Puede poner en marcha un secador de pelo. Se cambia el peinado con
gel. Se maquilla. Puede ponerse gafas. Se perfuma y perfuma todo el espacio.
Mientras realiza estos gestos con trasfondo de diva se escucha su voz en off. CASALIA EN OFF:
(Encuentra unas maletas muy sofisticadas) -Podrían haber sido éstas.
Algo evoca a un cocodrilo. Pero lamentablemente llevan el número seiscientos
nueve. CASALIA: (Camina como una modelo en la pasarela) ¿En
qué mundo estamos, mi vida? ¿Qué podemos esperar de la organización de todo
lo demás si, ni siquiera, hay un control del equipaje? ¿Eh?¡Oh! Epa! SU VOZ EN OFF:
Si me encarcelan por haberme llevado un conjunto de efectos personales
ajenos, ¿quién será el juez y quién la acusada? Se decide a abrir las maletas, dado que no recibe
respuesta. Prueba con distintas llaves hasta que una abre una maleta muy vistosa
y moderna que lleva el número cuarenta y seis. CASALIA: Abro esta maleta, señor Jefe, simplemente porque lleva el número cuarenta y seis. Al abrir la maleta un conjunto apreciable de huesos
humanos cae de ella. Pega un grito, reconociendo esos huesos. CASALIA: Pedro! Catherina! Francis! Isabel! Alex!
Guillermo! (Revuelve los huesos impactadísima) Mi querida señorita
Herminia! El idiota de Humberto! (Cada persona que nombra corresponde a un
hueso) ¡El maxilar de Rita!¡El coxal de la abuela Gertrudis! (Vivamente
conmocionada) ¡El famoso escafoides de Víctor! (Llora) Víctor, ¡qué
hermoso escafoides!...¡Qué momentos vivimos allá en la frontera! Nuestro
amor, nuestra esperanza, nuestra pena no ha muerto...Angel caído con alas de
luz lunar. Tan inusitadamente joven, y tan irreverente!!! No lo supe decir a
tiempo, Víctor. Pero te aguardaba como una niña detrás del muro súbitamente
borrado por la lluvia...Víctor, nunca más estarás solo. Tu escafoide familiar
e inconfundible me hace comprender lo que dice mi voz. (Con el escafoides de Víctor y alguno que otro
hueso habla a un supuesto Comisario de la Policía) Imagínese, señor Comisario, que no voy a trasladar
desde la otra punta del planeta, todo este conjunto de huesos!!! Aunque
coincidan con mi número, le aseguro que traerse el palatino de Sonia es muy
diferente a correr con Sonia tomadas de la mano por las dilatadas playas de
Santa Teresita!!!! SU VOZ EN OFF: Este es su ticket, Diva, mucho
cuidado. Las pruebas son contundentes. El escafoides de Víctor. No te esperabas
esta jugada maestra. Lo hicieron todo a la perfección. Hay que admitir que los
respalda una poderosa organización. Despachaste personas y llegaron sustancias
óseas. Algo perdida por el escenario. Pateando maletas que
se caen y con un pequeño hueso en la mano Casalia se dirige a un invisible
Jefe. CASALIA: Vea señor Jefe del Depósito de Equipajes:
éste no es el cóccix, éste no es el cóccix, éste no es el cóccix de mi
adorado Horacio. Lo reconocería, porque en nuestros últimos encuentros estaba
sumamente delgado. (Saca un esqueleto bastante completo de otra
maleta) Iván. Expuesto a todas las perdiciones. Apostando a las urgencias
ajenas. Con tus insólitos mensajes desesperados. Riendo, Iván, riendo para
borrar las huellas del espejo. También hoy te ha tocado esperar en esta recóndita
humorada. Iván, no es difícil sentir al verte la bocanada de Hamlet (Lo
toma en brazos como a un hijo) “Dadle, como si se tratara de un
extranjero, un buen recibimiento. Hay algo más en el Cielo y en la Tierra que
tu filosofía, Horacio. Y no le contéis nunca, por más rara y extravagante que
parezca mi conducta, que estoy fingiendo, que engaño al mundo con mi falso
delirio, que mi cordura está probada, y que no es locura, sino ficción de la
locura, la mía, sensatamente concebida para defenderme, etcétera” Guarda el esqueleto. Mientras guarda los otros
huesos se escucha su voz en off. CASALIA EN OFF: “Y no le contéis, por más rara y extravagante que parezca mi conducta, que estoy fingiendo” (Va guardando con temor y desorden los huesos en la maleta. Algunos se le caen y los recoge velozmente) que engaño al mundo con mi falso delirio, que mi cordura está probada, y que no es locura, sino ficción de la locura, la mía, sensatamente concebida para defenderme, etcétera” Cumplida la acción de guardar los huesos, esconde
esa maleta entre otras. Cambia totalmente de atmósfera íntima. Se quita el
impermeable que tiene puesto. Lo coloca sobre un bulto ritualmente. Debajo tiene
puesto un impermeable idéntico. Bucea en los bolsillos y extrae un papelito de
color. VOZ EN OFF: (Divertida) Cuarenta y seis,
Casalia. Estás teniendo suerte!!! (Se saca este impermeable también.
Debajo tiene otro. Bucea en los bolsillos) Todo indica que las
circunstancias te favorecen. Cuarenta y seis también, pero celeste. CASALIA (en vivo y en voz alta) ¡El otro era
amarillo! (Salta feliz. Es una exaltación exagerada) ¡¡Están
jugando con mi daltonismo, señores!! ¡Tengo varios cuarenta y seis en
preciosos colores!! ¿Quién los quiere? (Se ríe) El que me los puso es
un gran bromista. Deberían ascenderlo. Felicitaciones. CASALIA EN OFF: ¡¡Yo creía que Europa estaba más
organizada!! CASALIA (en vivo): ¿Dónde está el
responsable de este viejo continente? (Desafiante) Un continente que
guarda en una pequeña salita a La Gioconda, no tiene en su hall de entrada un
portero uniformado? ¿Y si yo viniera a robarme a La Gioconda? ¡Contesten! ¿Y
si ya me la hubiera robado? (Adopta una actitud decidida. Con energía
separa un baúl y lo planta en medio de la escena. El resto se oscurece. Una
intensa luz ilumina el baúl. Sin llave y con efecto de mago que saca un conejo
de su galera, Casalia abre el baúl. Dentro está La Gioconda de Leonardo Da
Vinci. Nadie debe dudar que se trata del original) Así es. Me robé la
Monna Lisa. Me llevé conmigo la famosa dama napolitana, esposa de Zenobio del
Giocondo. Usted dirá, señor Comisario, ¿cómo logró realizar este robo
espectacular a la vista de todo el mundo? ¿Cómo pudo sacarlo del Louvre a
plena luz del día y atravesar París con la obra de arte más famosa del mundo
sin que nadie la detuviera a preguntarle: -“¿Qué hace usted con La Gioconda?¿Adónde
se la lleva?”. Bueno, señor Comisario, fui tan ostentosa que nadie dudó que
se trataba de una burda falsificación!! Lo siento mucho. Ahora la falsificación
está colgada en el Louvre y los turistas se emocionan ante ella. Y la verdadera
Gioconda está con Casalia Belprop. Siempre quise tener a La Gioconda en casa.
Combina con doce de mis muebles principales. (Grita) ¿¡Ni aún así
aparece el responsable?!!! ¿Nadie enfrenta a esta mujer sospechosa que se
confiesa? (Agita La Gioconda como una bandera. La muestra ostentosamente al público) (Grita) Europa, ¡atención! ¿Qué le queda a ese
continente si me dejan huir con La Gioconda? Toda Europa descansa en este
cuadro. De noche duermen en paz, porque la esposa de Zenobio del Giocondo les
asegura un pasado perdurable y les permite entrar pisando fuerte al porvenir. (Sonríe
como La Gioconda) Esta enigmática sonrisa, arduamente estudiada, protege a
Europa de una depresión irremediable (Desafiante) ¿Y ahora, qué harán
sin ella? Lo digo por culpa, una condición moral que atenta contra mi impecable
robo. Estoy llamando la atención de la Reina de Inglaterra, pero ella dirá:
“-Por fin los franceses han perdido una batalla!!” Entonces me dirijo al Rey
de España: “-Señor, dejé a Europa sin su Gioconda” “-Hija mía, ellos
quitaron por años a España de Europa y ahora que hemos vuelto, ¿qué nos
importa la Gioconda?. Si te hubieras robado Las Meninas habría bulla, pero no
es posible comparar la luz de Velásquez mas que con la luz divina. Por otra
parte, La Gioconda se pintó en Italia: ¡¡dirígete al Papa!!” (Casalia bate enérgicamente sus palmas)
–Europa, ¿acaso os da lo mismo la falsificación que dejé, que el precioso
original que hurto? ¡Europa calla!¡Africa merodea! ¡Norteamérica se ocupa
del futuro! “-Ya fabricaremos Giocondas espaciales y Leonardo volverá a
pintar por computación” (Repentinamente asustada)
¿Estaré en Sudamérica?! CASALIA EN OFF: -¿Sudamérica dónde queda? EN VIVO: -¿Estaré ingresando de contrabando La
Gioconda a Paraguay? OFF: -Tal vez esto sea Brasil.¿Trajiste tu traje de
carnaval?¿Todavía celebran el carnaval en estas playas blancas? CASALIA: -¿Y si estuviera en Argentina? (Muy
preocupada) Señor responsable del continente, o del país...o, para ser más
modestos, señor responsable de este depósito de equipajes: necesitaría mis
cositas. Efectos personales. (Pausa) Si he llegado a Sudamérica. OFF: (Se superpone desde “Si he llegado...)
Si llegué a la Argentina... CASALIA: Si he llegado a la Argentina o si me están
expulsando de allí, algo habré hecho!! Posiblemente haya un nuevo dictador y
esté redactando su discurso antes de asumir la Presidencia de la Nación. OFF: Un Golpe de Estado!!! Despachan a elementos
pensantes, Casalia!!! CASALIA: Reclamar, ¿qué puedo reclamar? Declamar,
¿qué puedo declamar? ¿Clamar? ¿Qué he de clamar? ¡Tengo mi número!! ¡Pero
no aparecen mis cosas! (Camina entre las maletas) (Grandilocuente) ¿Para
qué me sirve haber robado la Mona Lisa si mi casa ha sido tomada por el Batallón
de Infantería? ¿Y el famoso escafoides de Víctor, no será un testimonio en
mi contra? OFF: -Si el supuesto país está en supuesta guerra
y mañana tenemos un presidente que puede fusilarte o que, a lo mejor, ya te
fusiló, ¡bien valdría la pena que encontraras tus documentos, querida! (Se quita dos impermeables grises idénticos, no sin
antes registrar y dar vuelta los bolsillos buceando por sus documentos. En cada
prenda encuentra el número cuarenta y seis en distintos colores. Queda con otro
impermeable idéntico que tiene debajo de los que se quitó)
¡Qué fatiga! Ordenes y contraórdenes! ¡Mantener la cabeza erguida! ¡Cantarle
loas al triunfo! (Se preocupa) OFF: ¿Qué triunfo? ¿Quién triunfa?¿Con qué
medios triunfa? CASALIA: -Y ni siquiera aparece el Director que
conducirá al Pueblo a la victoria!!! SU VOZ EN OFF Y EN VIVO CONJUNTAS: -¡Haber llegado
a la Argentina el día del Golpe de Estado y no encontrar el modo de demostrar
quién soy!! CASALIA: -Además, todo me compromete!! Mi paraguas
está mojado. (Lo abre y cae abundante agua) El agua indica que
antes estuve en otra parte. Otra parte lluviosa. Había nubes borrascosas. SU VOZ EN OFF Y EN VIVO JUNTAS: -Tuve que salir de apuro!! Casalia en el escenario, perdida pero muy acelerada,
busca, patea bultos. Camina sobre algunas maletas en cuclillas. Cambia de lugar
otras. Levanta una pesadísima que, por el peso, la hace caer. La maleta cae
encima de ella y la aplasta. Sólo se ven sus manos y sus pies agitarse. Sobre
esta acción se escucha: VOZ EN OFF: (Furiosa) –Señor General: dé
orden de que me quiten este peso de encima!! Yo no sé nada, se lo aseguro. CASALIA: (grita desde debajo de la maleta
superponiendo sus gritos con la grabación) –Voy a contar hasta diez para
que me quiten este bulto de encima. Uno, dos, tres, cuatro...(Amenaza) De
lo contrario daré intervención a la Prensa Internacional. Todos los países
pedirán por mí. Todos los seres humanos del planeta clamarán por Casalia
Belprop...cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once (Sigue contando
conjuntamente con su voz grabada, ella pataleando debajo de la maleta) doce,
trece, catorce, quince, dieciséis. CASALIA: -Soy un tordo llamando en la neblina a un sordo enterrado en las tinieblas!! Hace mucha fuerza. La maleta es pesadísima.
Finalmente zafa. OFF: -Gané la primera batalla. Pero bien podría
ser un pretexto. No te olvides del futuro. Conserva tu espíritu de asombro.
Mientras te asombres, nunca envejecerás. Y no pierdas tu cuarenta y seis. CASALIA (muestra el cuarenta y seis) –Esta
abrumadora maleta contiene una nubecita de Junio y otra nubecita de Septiembre.
No me cabe duda!! (La abre y empieza a salir de adentro de la maleta
que la aplastó, un espeso humo blanco que inunda el espacio) Cuando las
nubes choquen lloverá. Y ese agua tendrá la misma composición química que
cae constantemente de mi paraguas. Estoy terriblemente comprometida (Envuelta
en humo) Y bien: ya es hora de que me revelen qué lugar es este. ¿Qué
mares lo circundan? ¿Qué animales merodean a la hora de los sueños?¿Qué
verduras se agitan en los bosques de oro? (Cae de rodillas con el
paraguas abierto) ¿Sobreviven mis mariposas?¿Respira la gata blanca de
Peter?¿Han crecido las palmeras de mi Jardín botánico?¿Se baila aún en
alguna calle?¿Alguien se enamora perdidamente y en estado de gracia canta en la
noche inmensa? (Pausa) SU VOZ EN OFF: Cuando las nubes choquen vendrá
el Diluvio. Todo me compromete. Aunque tenga un jardín poblado de maletas
seguras. (Cierra la maleta de la que ha seguido saliendo humo)
Sospechan hasta del agua. Está contaminada. Bebemos radioactividad
transparente. (Se desprende de la maleta con humo) CASALIA: Todo indica que intencionadamente niegan mi
paradero (Encuentra un silbato en el bolsillo. Lo hace sonar) ¿Y si
estuviera en Rusia?¡Haber arribado a Rusia puede ser un acontecimiento! Mi
nombre es Casalia Belprop, pero los amigos me llaman Diva- SU VOZ EN OFF: Diva, ¡qué problema! ¡No
podría tener un nombre menos comunista! Exacerbado individualismo. Adicta a
Marlboro. Consumo bastante Coca Cola. SU VOZ EN OFF: Y para colmo mi ropa tan
sofisticada. CASALIA: Soy una víctima de la moda. SU VOZ EN OFF: ¡Me cambiaré de nombre! CASALIA:¿Dónde está el Soviet Supremo? (Toca
el silbato) Es un honor estar en un país tan admirablemente custodiado. Han
socializado hasta las maletas. Y a mí me han expropiado un juego de cocodrilo
rojo. ¿Cómo se dirá “rojo” en ruso? Es un color que apasiona a los
comunistas. Y a los toros. (Mediante un gran esfuerzo logra abrir una maleta
repleta de impermeables grises idénticos a los que usa. Los arroja entusiasmada
por el aire.) Dios está de mi parte!!! Dios está en todas partes!!!!
Dios!!! ¿Se puede hablar de Dios en este Paraíso?
Se terminó mi individualismo. SU VOZ EN OFF: Ya no me llamo Diva. Uso el mismo
nombre que todos. CASALIA: ¿Usar el mismo nombre que todos, no significa acaso estar a la moda? SU VOZ EN OFF: ¿El mismo nombre? ¿Qué
nombre? Todos usan nombres distintos. CASALIA: Quiero pasar desapercibida. Usar lo mismo
que todos. ¿Pero usar lo mismo que todos no significa estar a la moda? Oh, qué
desastre. Siempre llamaré la atención. Siempre notarán que existo. Siempre
lloverá. Siempre sospecharán de mí. (Encuentra una maleta repleta de latas
de sardina) Tampoco me dejarán morir de hambre. (Intenta abrir una lata)
Tengo hambre. ¿Qué hora es? ¿Día o noche? ¿Antes o después? (Camina
impaciente con la lata en la mano. arroja impaciente la lata contra las maletas.
explota como si fuera una granada de mano. Se asusta. Se tapa los oídos. Se
protege con un bolso a modo de escudo).¡Quiero elevar una queja! SU VOZ EN OFF: Estoy envuelta en un escándalo
internacional. CASALIA: ¡Contrabando de explosivos!¡Cúmulo de
huesos! ¡Se han robado a la Gioconda del Louvre y nadie reacciona! (Pausa)
¿No estaré en Japón? ¿Cómo se dice cuarenta y seis en japonés? Tira varias latas más que explotan. Disfruta de
cada explosión. Ríe. Finalmente escoge una maleta que parece diseñada para
contenerla. La abre. Prueba si cabe. Se mete adentro y cierra la maleta. Las
luces disminuyen y sólo queda iluminada la maleta donde
ella está encerrada. SU VOZ EN OFF: Si al menos me dijeran si me
estoy yendo o si acabo de llegar. Si al menos me dijeran si este es el comienzo
o el final. Si al menos me dijeran algo. Silencio. Ella ahora es un bulto más. APAGON
FINAL |
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