Desde
primero inferior hasta que me recibí de bachiller pasé por nueve
colegios. Del único que no me echaron fue del último.
Quise
estudiar para arquitecto, pero deseché la idea cuando miré a mi
alrededor y vi que todas las casas ya estaban hechas.
A
partir de 1946 empecé mi carrera como profesional, dibujando en todas
las revistas y diarios del país, menos en el semanario El huevo
frito, y eso porque dicho semanario jamás se publicó.
Mi
frase preferida es “La Demo bien entendida empieza por Cracia”.
Y
mi plato favorito son las mollejas al verdeo con dulce de leche.
Nada
más por hoy."