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PRIMER CUADRO

UNA PLAZA FLANQUADA HACIA LA DERECHA POR CASAS VIEJAS, DE DOS PLANTAS Y ESTILO INDEFINIDO. A LA IZQUIERDA, TAMBIEN CASAS QUE NO DETERMINAN NINGUNA EPOCA. HACIA EL FONDO DE LA PLAZA, LA VIDRIERA DE UN GRAN NEGOCIO QUE OSTENTA UN LETRERO: "EL MESON DE LA FELICIDAD".

AL INICIARSE LA ACCION SE ESCUCHA MUSICA ALEGRE, A LA VEZ QUE SALEN DEL MESON, BAILANDO ALEGREMENTE AL COMPAS DE LA MISMA: NOEL, NURIA, MARTINA Y DINA, ACOMPAÑANDO AL CONDE.

DON LUIS CANTIZANO, LOS SIGUE, OBSERVANDO ATENTAMENTE.

LAS VESTIMENTAS SON DISIMILES.

  • EL CONDE LUCE A LA MANERA DE UN NOBLE DE MEDIADOS DEL SIGLO XVIII: LARGAS CALZAS, LEVITON, CUELLO DURO, GRAN MOÑO Y GALERA DE COPA ALTA.

  • NOEL VISTE A LA MANERA DE "LOS AÑOS LOCOS".

  • NURIA TIENE ROPAS DEL SIGLO XII: GRAN ESCOTE Y FALDAS AL CUERPO. MARTINA Y DINA, CON ROPAS ACTUALES.

  • DON LUIS CANTIZANO: UN MODERNO SMOKING, BLANCO, CON SOLAPAS BRILLOSAS.

CONDE: (DE UNOS CUARENTA AÑOS, ELEGANTE, BUENA PRESENCIA. AMABLE, EUFORICO) ¡Basta por hoy, mis niñas! ¡Estoy muy fatigado!

DON LUIS: Atiendan al señor conde, sean cariñosas con él. (SE PERCIBE UNA SEGUIDILLA DE FLASHES)

CONDE: (AL PERCIBIR QUE ES FOTOGRAFIADO EN UNA ACTITUD NADA DECOROSA, TRATA DE CUBRIRSE DANDO LA ESPALDA Y

 OCULTANDO SU CARA.)

DON LUIS: (RAPIDAMENTE REACCIONA PERSIGUIENDO AL FOTOGRAFO, PELEANDO CON ÉL, HASTA QUE CONSIGUE SACARLE LA

 CAMARA.) ¡Rata inmunda! ¡Entrégame eso!

FOTOGRAFO: (CON ROPA ACTUAL) ¡No, no, Don Luis! ¡Es sólo un recuerdo!

DON LUIS: ¡Que me entregues eso te he dicho!

FOTOGRAFO: ¡La máquina, no! ¡Es para mi trabajo!

DON LUIS: ¡Te he contratado para tomar fotos de la reunión! ¡No para que difames  al Señor Conde mostrando sus intimidades!

FOTOGRAFO: Devuélvame la máquina, por favor. Le doy los negativos.

DON LUIS: ¡Vete de aquí!  Pretendías hacer dinero vendiendo esas fotos al pasquín

  del pueblo.

FOTOGRAFO: ¡Juro que no! Es sólo un recuerdo.

DON LUIS: ¡Idos rápido! Antes que su excelencia pierda la calma y os haga detener por pelafustán.

FOTOGRAFO: (SE RETIRA SIN LA CAMARA, APREMIADO POR DON LUIS.  ESTE PERSONAJE DEBE SER INTERPRETADO POR EL MISMO ACTOR QUE PERSONIFIQUE A MATIAS)

DON LUIS: Perdone usted, señor conde por esta situación... Pero puede quedar tranquilo que ya todo fue solucionado.

CONDE: (AMABLE) Lo único que pretendo, Don Luis, es que se conserve la discreción que siempre caracterizó al "Mesón de la Felicidad".

DON LUIS: (ES UN HOMBRE DE UNOS 55AÑOS: MUY GORDO, SOLIDO CON SU CUERPO, DE GRAN PRESENCIA.  RESPONDE AL CONDE, SOLÍCITO HASTA LO SERVIL) Delo por descontado, Señor conde. Antes de ser devuelta esta máquina... ¡yo, Don Luis Cantizano, destruiré las placas! (QUEBRANDO EL CLIMA DE SOLEMNIDAD) ¡¡Y que siga la fiesta!!...

 

(SE REANUDA LA MUSICA)

 ¡Brindemos nuevamente por el confort que ahora ofrece el "Mesón de la

 felicidad"!

 (MARTINA Y DINA TRAEN UNA BOTELLA DE CHAMPAGNE Y COPAS. DON LUIS SIRVE EN LA PLAZA, DERRAMANDOSE MUCHA BEBIDA, EN UN CLIMA BURBUJEANTE, ALEGRE.)

CONDE: (CON SINTOMAS DE HABER BEBIDO DEMASIADO AUNQUE CONSERVANDO SU POSTURA SEÑORIAL) ¡Salud! ¡Para que los   nuevos acondicionadores de aire, consigan aplacar la pasión de estas preciosas muchachas! (TODOS BRINDAN, ALEGRES)

DON LUIS: (SIMPATICO CON EL PODER) Excelencia, sepa usted¼ ¡que las instalaciones responden estrictamente a los reglamentos del condado!

CONDE: (SONRIENDO) Lo imaginaba, Don Luis. ¡Su legalismo excede los límites establecidos!

DON LUIS: Fue siempre mi conducta... (CEREMONIOSO) ¡si quebrantas la ley, golpearán a tu puerta!

NOEL:  (MUY ATRACTIVA.) ¿Desea beber más, su excelencia?

CONDE: Gracias, mi querida.

DON LUIS: No se pregunta, Noel¼ ¡sírvele al señor conde!

CONDE: Le agradezco, Don Luis.

DON LUIS: La última, señor conde. ¡Muchachas, vamos... atiendan al señor conde, sean cariñosas con él!

NURIA: (HERMOSA Y SENSUAL, AUNQUE VISTE CON CIERTA EXAGERACION PRETENDIENDO APARECER ATRACTIVA.) ¡Lo somos! ¡Siempre gozó de nuestro cariño el señor!

MARTINA: ¡Por supuesto! ¿No es cierto, su excelencia? (ES CORPULENTA, GRUESA. PRETENDE ABRAZARLO.)

CONDE: (SE DESHACE DE ELLA, AMABLEMENTE) Claro que sí, querida.

DON LUIS: (SEPARANDO BRUSCAMENTE A MARTINA) ¡No molestes al señor conde!

CONDE: Déjela, don Luis, las chicas son muy generosas. La que no está bien es mi alma... necesita un descanso.

DINA: (SONRIE PICARA, PUERCA) ¿Si desea descansar en mi camita? (HABLA AL OIDO DE MARTINA: AMBAS SONRIEN, COMPLICES)

DON LUIS: ¿Qué es lo que dices, marrano? ¿Cómo osas proponer semejante vulgaridad al señor conde? (AMAGA UN GOLPE)

DINA: (CONTINÚA SONRIENDO PICARAMENTE. ES DE EDAD MADURA, DE FISICO PEQUEÑO Y CARA CONSUMIDA, MUY ARRUGADA.  HAY ALGO PUERCO EN SU MODO DE SER, EN SU CONSTANTE SONRISITA)

NOEL:  (ES TAN HERMOSA COMO NURIA, PERO ADEMÁS ES UNA MUJER FINA.) Su excelencia bailó como nunca. (LO ACARICIA, SENSUAL, SUGESTIVA) ¡Y ya son las cuatro de la madrugada!

CONDE: (SIMPATICO) Querida Noel... ¡bailé como tres botellas!

DON LUIS: ¿Música suave entonces, su excelencia?

CONDE: La más suave que tenga, Don Luis.

DON LUIS: (GRITA HACIA ADENTRO) ¡Un suave y romántico vals para el señor conde! ¡Muchos violines celestiales!

 VALS DE STRAUSS: “Vino, mujeres y canto”

(OBSERVA QUE MARTINA ESTA CARGOSEANDO AL CONDE: LA SEPARA BRUSCAMENTE.) ¡No lo fastidies te he dicho! Nuria, Noel¼ ¡vamos, atiendan al señor conde! (AMBAS SE LE ACERCAN, SUGESTIVAS, ACARICIANDOLO Y  BAILANDO SUAVEMENTE CON EL.)

NURIA: ¿Se siente bien el señor?

CONDE: De maravillas, chiquillas.

NOEL:  (SUGERENTE) Podríamos reponerlo, con mucho cariño¼

NURIA: (MIMOSA) ¡No, no, no¼ hoy me toca a mí! Si el señor lo permite¼ ¡le sacaría toda la nana!

CONDE: Por favor, muchachas, por hoy basta.

NOEL:  ¿Acaso está muy rendido?

CONDE: Fue una noche muy agitada.

NOEL:  ¿La pasó bien?

DON LUIS: ¿Alguna queja?

CONDE: ¿Queja? ¡Excelente noche, Don Luis! ¡Excelente!

NOEL:  ¡Si lo dice el señor!

CONDE: Ya necesito descanso. (MIRA SU RELOJ) ¡Por Dios, está por amanecer! ¡Basta por hoy!

NURIA: (MIMOSA, SENSUAL.) ¿Y nos dejará solitas?

CONDE: (AMABLE.) Mi querida, Nuria... Mañana estaré contigo.

NURIA: (POR DETRÁS, LE HACE UN GESTO DE MOLESTIA, A NOEL)

DON LUIS: Ayuden a vestir al señor conde. ¿Cuántas veces tengo que decirles que su presencia distingue el mesón?  (TRAEN SU ABRIGO Y LO AYUDAN)

DON LUIS: ¡El señor conde no es un cliente cualquiera¼es un noble! Perdone usted.

CONDE: ¡Que va, Don Luis!

DON LUIS: Acompáñenlo. (MARTINA Y DINA SE DISPONEN Y ÉL LAS SEPARA BRUSCAMENTE.) ¡Ustedes, no, rotosas!  Noel, Nuria,vamos.

NOEL:  Lo guiamos, señor conde.

DON LUIS: Es un honor para nosotros.

CONDE: Les agradezco, son ustedes muy amables.

DON LUIS: (DISCRETO) ¿Podrá solo? Quiero decir¼ su cansancio por tanto trabajo

CONDE: Despreocúpese. Este caballero es hidalgo, en cualquier circunstancia.

DON LUIS: No dude en aceptar nuestra ayuda, para nosotros es un halago.

CONDE: ¿Cuánto se le debe, Don Luis?

DON LUIS: (SIEMPRE SERVICIAL CON ÉL) ¡Señor conde! Este mesón no tiene mejor retribución que su presencia.

CONDE: ¡Agradezco su generosidad!  Su gesto lo hace aparecer también como un noble.

DON LUIS: ¡Me confunden sus palabras!

CONDE: Hasta mañana, muchachas (REPARTE ALGUN DINERO ENTRE ELLAS, QUE TOMAN ÁVIDAS.)

DON LUIS: ¡Agradezcan al señor conde! ¡Agradezcan, vamos!  (TODAS LO HACEN. EL CONDE SE VA CON ACTITUD DIGNA AUNQUE NO TAN SEGURO, DON LUIS HACE SEÑAS A LAS   CHICAS DE QUE LO ACOMPAÑEN, PERO ESTAS LO IGNORAN) Hasta mañana, señor. No olvidéis volver. Todos lo extrañamos. (CUANDO AQUEL SE HA IDO, LES REPROCHA) ¿Cómo osáis dejar solo y en ese estado al señor conde?

NOEL:  (REPLICA,MOLESTA) ¿Quién lo obligó a beber tanto champagne?

MARTINA: (ENOJADA) ¡Lo único que faltaba! Por lo que usted nos paga... ¡además, atender borrachines!

DON LUIS: ¿Cómo?... ¿Ignoran que su presencia jerarquiza nuestro local?

NOEL:  ¡"Su" local! ¡No es nuestro!

DON LUIS: ¡Es una garantía de seguridad para todos!

NOEL:  Son intereses suyos.

NURIA: Bastante que cuando el señorito nos elige¼ debemos ser atentas,  cariñosas ¡y está eximido del pago!

MARTINA: Lo único que faltaría es que le besemos el ombligo. (DINA DICE ALGO AL OIDO DE MARTINA Y AMBAS RIEN EN COMPLICIDAD.)

DON LUIS: ¡Desagradecidas! ¡Qué hubiese sido de vosotras sin la protección de tan hidalgo señor!

NOEL:  ¡Qué hubiese sido de usted!

DON LUIS: ¡Ingratas! ¿Adónde trabajan ustedes?

NOEL:  A partir de ahora, por nuestra cuenta.

DON LUIS: (SILENCIO. SORPRENDIDO.) ¿Cómo?

NURIA: ¡Por nuestra cuenta!

DON LUIS: ¿Es que... se animan a cumplir esas amenazas?

MARTINA: Sí, señor. Estamos cansadas de sus mentiras.

NOEL:  Se pasó el tiempo y usted no ha cumplido.

NURIA: No lo esperamos más.

NOEL:  Se lo advertimos muchas veces: ¡ahora se terminó! Búsquese otras pupilas para alternar. (VAN RETIRANDO SUS VALIJAS)

MARTINA: (ESCEPTICA, AGRESIVA, COMO ES SU TONO) ¡Las va a encontrar!

DON LUIS:  Pero muchachas, no pueden hacerme esto. ¡Ustedes son muy buenas, comprensivas!

NOEL:  Pero no somos idiotas.

NURIA: ¿Hasta cuándo íbamos a esperar?

NOEL:  No trabajamos más en esas condiciones. 

DON LUIS: ¿En este momento me dejan? Les puse todo el confort en sus recámaras para que trabajen mejor, para que estén cómodas.

NOEL:  (SEGURA, ESCEPTICA) ¡Para nuestra comodidad!¼ ¡Usted pensó sólo en sus clientes!

NURIA: ¡Para acrecentar el número!

MARTINA: ¡Y nosotras tenemos que poner el cuerpo! (GESTO OBSCENO) ¡Tomá! (ES GRANDOTA, CORPULENTA, CASI LLEGANDO A SER GORDA Y  SU  ESTILO DE HABLAR ES GENERALMENTE  AGRESIVO,  DESAFORADO.)

DON LUIS: (PRETENDE SER COMPRENSIVO) De acuerdo, de acuerdo... ¿pero están o no mejor? Si entrar a vuestras habitaciones es como ingresar ¡al verdadero paraiso del amor!

NOEL:  ¡En el paraiso no se abusa de nadie!  Nos cansamos de pedirle de atender menos clientes¼ ¿no nos hizo caso? ¡Se terminó!

DON LUIS: Pero muchachas, eso significaría organizar todo el negocio de nuevo... y este no es el mejor momento. ¡Necesito dinero para pagar el confort que les puse!

NOEL:  Sáquelo del banco.

MARTINA: ¡Que bastante tiene guardado el muy tacaño!

DON LUIS: ¡No pueden hacerme esto! Yo empecé desde abajo.

DINA: (SONRIE, COMPLICE CON MARTINA.)

DON LUIS: Tú, Dina. Tú,. Martina. ¿Olvidaron que hace quince años, cuando estaban sin un céntimo y perseguidas por la autoridad, yo, Don Luis Cantizano... las hice pupilas del mesón? ¡Ubicándolas dentro de la ley! ¡Protegiéndolas! ¡Dándoles trabajo y comida! ¿Olvidan que me arriesgué por ustedes?

MARTINA: (ESCEPTICA.) ¡Qué gran riesgo!

DON LUIS: ¿Te animas a negar eso?

DINA: ¡Y nos pagaba una miseria!

DON LUIS: ¡Recién abría el mesón y con dinero prestado!... ¿Qué hubiera sido de ustedes sin mí?

DINA: (SONRIE, PICARA.) ¡Y sin el conde!

DON LUIS: ¡Comprensión noble y generosa del señor conde!

MARTINA: (MIRANDOSE CON COMPLICIDAD CON DINA.) ¡Muy generosa!

DINA: (A NURIA, CON SU HABITUAL SONRISA PICARA, POR LO  BAJO) Decían que el conde y la mujer de...(SEÑALA A DON LUIS)

NURIA: ¡No me digas! ¿Laura?

MARTINA: (POR DON LUIS, SIMPATICA) ¡El hombre, porta cuernos!

DINA: (POR LO BAJO) ¿No ven que no usa sombrero? (LAS CUATRO, RIEN DISIMULANDO)

DON LUIS: ¿Qué hablan allí? ¼ ¿Así es como pagan la bondad de mi persona?

NOEL:  ¡Y bien que le pagamos! ¡Sino muéstrenos la libreta de banco!

DON LUIS: (SIMULA COMPASION) Pero chicas...¡en este condado no hay mujeres para vuestro trabajo! ¿Os dais cuenta que si se van me arruinan?

NURIA: (FIRME.) Le dimos la oportunidad y no la aceptó.

DON LUIS: Piensen que no es tan importante.

NOEL:  Para usted no lo será... ¡atender a un cliente tras otro!

MARTINA: ¡Que lo haga él!

NOEL:  (TERMINANTE) ¡Cuatro al día, o nada!

DON LUIS: Pero mis niñas, esto se ve compensado por la tarde, que tienen poco trabajo.

NOEL:  (SEGURA) ¡Que pidan turno!

NURIA: (DE ACUERDO CON NOEL) Dé números.

DON LUIS: Es que... ¡el Mesón no es un instituto de belleza!

MARTINA: (IRÓNICA) ¡No nos habíamos dado cuenta!  (RIEN LAS CUATRO, MIENTRAS TOMAN SUS VALIJAS Y SE DISPONEN A IRSE)

NOEL:  (TERMINANTE) Nosotras, sólo trabajamos en esas condiciones.

DON LUIS: (AHORA ENOJADO,A NOEL.) ¡Tú eres la que ha alborotado todo!

NOEL:  Sólo digo lo que pensamos las cuatro.  (SE VAN RETIRANDO.)

DON LUIS: (LE GRITA.) ¡Le has llenado la cabeza a todas! ¡Fuiste la la última en llegar! Dina y Martina habían cambiado en el mesón... ¡hace quince años que estaban dentro de la ley!

NURIA: Vamos, déjenlo que grite.

NOEL:  ¡Sabe muy bien lo que queremos!

MARTINA. ¡Parásito!

DON LUIS: ¡Desagradecidas! ¡Ya volverán algún día!

NOEL:  ¡Cuando dé turnos!

DON LUIS: (AMENAZANTE) ¿Turnos?... ¡Volverán rogándome trabajo porque tendrán que denigrarse con decenas de clientes!

MARTINA: ¡Pero vamos a cobrar nosotras!

DON LUIS: ¡Ramplonas! ¡Mujerzuelas! (LAS MUJERES SE ALEJAN, MOFÁNDOSE, HACIÉNDOLE MUECAS)

 

 SEGUNDO CUADRO

 

LA MISMA ESCENOGRAFIA ANTERIOR. EN EL "MESON DE LA FELICIDAD"

SE OBSERVA UNA LEYENDA: "CONOZCA A LAS NUEVAS BELDADES".

NOEL, NURIA, MARTINA Y DINA ESTAN EN LA PLAZA, A LA ESPERA DE

QUE PASE UN HOMBRE PARA ABORDARLO Y OFRECER SUS SERVICIOS.

TODAS VESTIDAS CON SUS ROPAS CARACTERISTICAS Y LLEVAN ADEMAS

UNA CARTERA QUE POSEE UNA BANDERITA ILUMINADA CON LA PALABRA

"LIBRE".

NURIA: Parecería que no le va bien con las "beldades".

MARTINA: Con la cara que se lo ve a Don Luis¼ seguramente.

DINA: (CON SU HABITUAL SONRISITA PUERCA.) ¡Las beldades deben tener florcitas en el culito por lo que cobran!

NOEL:  Alguien dijo que son ¡monumentales!

MARTINA: No sé lo que serán... ¡pero sé muy bien lo que cobran!

NURIA: Con esos precios, va a quedarse sin clientes.

MARTINA: ¡Que se funda el sinvergüenza!

DINA: ¡Tendrán que hacerse los dos mil kilómetros de regreso!

NURIA: (ADVIERTE.) Alguien se acerca. Te toca a ti, Dina.

MARTINA: (TURBADA, ANSIOSA.) Déjame a mí, es Monsieur Petit.

DINA: ¿Es él?

MARTINA: ¡Estoy segura! (ENCIENDE LA LUZ DE "LIBRE" Y VA A SU ENCUENTRO EN MEDIO DE LA PLAZA.)

MONSIEUR:  (ES UN CABALLERO MAYOR, VESTIDO DISTINGUIDAMENTE, A LA USANZA DEL SIGLO PASADO Y EN ACTITUD DE PASAR INADVERTIDO, CON SUS SOLAPAS LEVANTADAS. PERSONAJE INTERPRETADO POR QUIEN LUEGO SERA EL INSPECTOR GENERAL.)

DON LUIS: (SALE A SU PUERTA, INQUIETO Y OBSERVA.)

MARTINA: Monsier... ¿compañía?

MONSIEUR:  (NERVIOSO, CUBRIENDOSE MAS) Gracias, señora. Quizás en otro momento.

MARTINA: ¿No me reconoce?

MONSIEUR:  Debe estar confundida.

MARTINA: Soy Martina.

MONSIEUR:  (APRESURANDOSE.) Gracias, señora.

MARTINA: (EN UN ULTIMO INTENTO.) Ya no trabajo en el mesón. (MONSIEUR SE INTRODUCE EN EL MESON, RECIBIDO CON GRAN CORTESIA POR DON LUIS.)

MARTINA: (ATONITA.) Seguro que era él... no me reconoció.

NURIA: O se hizo el tilingo el señor aristócrata.

MARTINA: Es un caballero que siempre me trató con respeto.

DINA: (ESCEPTICA, SONRIENTE.) ¡Conocí tantos de éstos!

NOEL:  Por un “caballero”, hace diez años que estoy sola con mi niño. (SE ACERCA UN MUCHACHOTE, INTERPRETADO POR EL MISMO ACTOR QUE COMPONDRA MATIAS. BIEN PUESTO, COMO NOBLE DEL SIGLO XV.)

NURIA: A ti te toca, Dina.

DINA: (ENCIENDE LA LUZ DE "LIBRE" Y SE DIRIGE AL POSIBLE CLIENTE. CRUZA LA PLAZA.) ¿Estás muy apurado, chico?

MUCHACHO: (MOLESTO) Cuida lo que dices; soy bastante maduro.

DINA: (CON SU SONRISA PICARA.) ¡Perdón, gran hombre!

MUCHACHO: ¿Quieres que te lo demuestre?

DINA: (ENTUSIASTA) ¡Claro que sí! ¡A eso vine! ¡Ya!¼

MUCHACHO: (DUDA.) ¿Te gustaría?

DINA: (APASIONADA) ¡Tanto como a ti! ¿Probamos?

MUCHACHO: (AL FIN) No tiro mi dinero. (SE ALEJA)

DINA: (LO ACARICIA MIENTRAS EL SIGUE.) ¡Te va a gustar, muchachito!

MUCHACHO: ¡Déjame! ¡Siempre he tenido buenas mujeres! (SE VA)

DINA: ¡Morite! (CON SU SONRISITA ENFERMIZA, REGRESA.) (EL MUCHACHO INGRESA AL MESON A LA VEZ QUE SALE MONSIEUR, SEGUIDO POR DON LUIS.)

DON LUIS: (OBSERVA COMO SE ALEJA: ENOJADO, DICE POR LO BAJO) ¡Viejo miserable!

MONSIEUR:  (SU ANDAR ES DUBITATIVO. POR MOMENTOS OBSERVA DE REOJO A MARTINA.)

NOEL:  (LO PERCIBE.) Te busca, Martina.

MARTINA: ¿Te parece?

NURIA: No pierdas tiempo.

MARTINA: (VA HACIA EL.) Monsieur... ¿me buscaba?

MONSIEUR:  ¿Quién es usted?

MARTINA: Martina. ¿Me reconoce?

MONSIEUR:  ¡Ahora sí! ¡Claro! Pensé que aún trabajaría en el mesón.

DINA: (DISFRUTANDO, DICE A LAS OTRAS) ¡Cuestan caras las beldades!

MONSIEUR:  ¡Qué alegría encontrarla!

MARTINA: ¿Fue a buscarme?

MONSIEUR:  Claro que sí...vine a verla a usted.

MARTINA: (MIMOSA.) No le creo.

MONSIEUR:  Conoce de mi estima.

MARTINA: (HALAGADA.) Gracias, Monsieur...¡me hace sonrojar! ¡Yo que había pensado mal!

MONSIEUR:  (GENTIL LE OFRECE SU BRAZO.) ¿Vamos? (MARTINA SU UNE A EL Y SE ALEJAN)

MARTINA: (AMABLE CON EL) Con la discreción que merece un aristócrata. (ENTRAN A UNA CASA UBICADA EN LA CUADRA QUE LIMITA  POR LA DERECHA DE LA PLAZA. SE VE A MARTINA CERRAR UNA VENTANA DEL PISO ALTO) (EN EL MESON, SALE EL MUCHACHO, SEGUIDO CON ENOJO POR DON LUIS.)

DON LUIS: ¿Qué crees tú, imberbe?

MUCHACHO: ¡Cuide su trato!

DON LUIS: ¡Qué demonios! ¡Vete ya mismo de acá sino quieres que te eche!

MUCHACHO: (RESISTIENDOSE AMENAZANTE.) ¡Haga la prueba! ¡Ladrón!

DON LUIS: ¿Crees acaso que mis beldades pueden costarte igual que esas harapientas?

CHICAS: (LE GRITAN) ¡Sinvergüenza! ¡Explotador!

NURIA: (IRONICA) ¡Mírenlo al caballero!

DINA: (DIVERTIDA:GRITA A DON LUIS) ¡Cornudo!

DON LUIS: (NERVIOSO: AL MUCHACHO) ¡Idos de acá, rápido!

MUCHACHO: ¡Claro que sí, yo no alterno en pocilgas!

DON LUIS: Pocilga que tú no puedes pagar...¡pelafustán! ¿A quién habrás quitado esas ropas?

MUCHACHO: (DE PRONTO SE ESCONDE. AL INSTANTE APARECE EL CONDE)

DON LUIS: (CON PLEITESIA.) ¡Señor conde!¼ ¡Dichoso es este mesón cuando usted se alberga!

CONDE: (SIMPATICO, CON LA DEMAGOGIA QUE CARACTERIZA A SUS ACTITUDES.) ¿Cómo está usted, Don Luis? (LO ABRAZA) ¡Siempre tan generoso!

DON LUIS: Pase usted, por favor. ¿Qué desea tomar? ¡Mis muchachas lo estaban esperando! (INGRESAN)

MUCHACHO: (AL DESAPARECER ESTOS, SALE DE SU ESCONDITE Y MERODEA EL LUGAR.)

NOEL:  (A DINA.) El hombrón te está buscando.

NURIA: Mira de reojo.

DINA: (SE LE ACERCA, LO CIRCUNDA CON ARGUCIA.)

MUCHACHO: (SE DECIDE A ABORDARLA, AUNQUE NO SABE CÓMO) ¡Hola!¼

DINA: (CON SU TONO DE SIEMPRE.) ¡Hola, muchachito!

MUCHACHO: ¿Paseando?

DINA: Me gustaría hacerlo contigo. (CON SU SONRISA)

MUCHACHO: (INSEGURO.) ¿Dices que... te gustaría...

DINA: (EXAGERA) ¡Me encantaría un hombrote como tú!

MUCHACHO: (DUDA) ¿Sólo pasear?

DINA: (SIEMPRE EXAGERANDO) ¡Lo que tú quieras, mi señor! ¡Lo que tengas deseos!

MUCHACHO: (ENTUSIASMADO.) ¿Sí?

DINA: (CON SU SONRISITA ALOCADA) ¡Soy toda tuya!

MUCHACHO: Y... ¿cómo?

DINA: (LO TOMA DE LA CINTURA Y LO LLEVA)

MUCHACHO: (DUBITATIVO Y TANTO COHIBIDO) ¿Adónde vamos?

DINA: Por el buen camino, muchacho.

CONDE: (SALE DEL MESON, ACOMPAÑADO POR DON LUIS Y ALCANZA A VER AL MUCHACHO, SE SORPRENDE.) ¡El hijo del marqués de La Boulleri! (DINA Y EL MUCHACHO INGRESAN POR LA MISMA PUERTA DONDE ENTRO MARTINA. ENSEGUIDA, DINA CIERRA OTRA  VENTANA.)

DON LUIS: (ASOMBRADO.) ¿Acaso ese muchacho...?

CONDE: Es él.

DON LUIS: ¡Haberlo sabido! Dadle mis disculpas al marqués porque lo he tratado mal.

CONDE: Prefiero no hacer comentarios... ¡por discreción digamos!  Igualmente, no le contará nada al padre.

DON LUIS: Entienda usted, señor conde, cómo esta situación provoca equívocos que uno no desea. ¡Don Luis Cantizano nunca hubiese tratado así a un noble! Y todo por esa competencia desleal... ¡Arpías!

CONDE: Todo pasará, Don Luis.

DON LUIS: Nada de esto sucedía... ¡ahora hay que luchar por el cliente! ¿De qué vale entonces hacer todo dentro de la ley?

CONDE: Que usted sea un digno ciudadano.

DON LUIS: ¡Siempre! Desde que comencé en esta profesión... ¡del placer remunerado, digamos!... me aferré a la legalidad.  (SOLEMNE) ¡Si quebrantas la ley...golpearán a tu puerta! A mí me amparan las leyes de este condado.

CONDE: Por supuesto, hombre.

DON LUIS:  Mi inmaculada legalidad, redimió a Martina y Dina...  (RECUERDA, ENOJADO) ¡Así me lo pagaron... arpías!

CONDE: ¡Pero su conciencia está en paz, Don Luis!... Ahora tiene cuatro nuevas pupilas... ¡que son un deleite!

DON LUIS: Tres días he tenido que viajar para ir en busca de ellas. ¿Quién me reconoce tal sacrificio?

CONDE: ¡El condado está agradecido! ¡La sociedad!

DON LUIS: (NO MUY SATISFECHO) ¿Le parece?

CONDE: ¡Claro, hombre! ¡Usted es un innovador de esta población!...

DON LUIS: (NO ESTA MUY SEGURO) Espero que todos lo piensen.

CONDE: Además, modernizó este lugar con tan agradable toque de belleza.

DON LUIS: (INDECISO) Bueno,sí¼ me alegro de haber liberado a todo el condado,  de esas mujerzuelas, antiguas y ridículas.

CONDE: (EUFORICO) ¡Claro! ¡Gracias a su audacia empresaria, en este condado

 hemos iniciado una nueva era; bella y pujante!

DON LUIS: (HIPOCRITA) Sabe, señor conde, que mis sentimientos siempre

 estuvieron al servicio de este querido condado.

CONDE: Sólo cabe una expresión, Don Luis¼ ¡gracias!

DON LUIS: (ASIENTE, COMO TOCADO) Aunque aún hay¼ quienes prefieren a

 esas busconas.

CONDE: ¡Eternos nostálgicos, Don Luis!  Siempre los habrá.

DON LUIS:  Y ellas aprovechan su condición de independientes...no pagan impuestos

 y compiten con bajos honorarios... ¡qué agria es la vida!

CONDE: (SIEMPREAMABLE) Intentaré hacer algo por usted.

DON LUIS: No esperaba menos de tan honorable persona. ¡Agradecido estoy!

CONDE: Ya pensaré algo.

DON LUIS: ¡Échelas, señor conde!

CONDE: Todo terminará bien, Don Luis.

DON LUIS: No se confíe, ¡son unas arpías!

CONDE: Cálmese.

DON LUIS: No se puede ser blando con ellas. (ENTRA AL MESON)

CONDE:  (CAMINA DISTRAIDAMENTE POR LA PLAZA HASTA ESTAR

 CERCA DE NOEL Y NURIA.)

NURIA: ¿Cómo está el señor conde?

CONDE: (SIMULA SORPRESA) ¡Muchachas! ¿Ustedes por acá?

NOEL:  Hacía mucho tiempo que no nos veíamos.

CONDE: Bastante, para verme privado de vuestro atractivo.

NOEL:  (IRONICA) ¿Será cierto?¼ ¿O tienen tanto encanto esas beldades que se

 olvidó de nosotras?

NURIA: ¡Deben ser guapísimas! 

CONDE: (SEDUCTOR) ¡Muchachas, muchachas! ¡Quien puede olvidarse de

 ustedes!

NURIA: No lo parece.

CONDE: ¿Dudan de mí?

NOEL:  (SIEMPRE IRONICA) ¿Cómo dudar del señor conde?¼

 Quien gobierna un condado¼ ¡nunca miente!

CONDE: Casualmente hoy, hablando con Don Luis, pregunté por vosotras.

NOEL:  ¡Le habrá dado muy buenas referencias!

CONDE: Ustedes lo conocen, es una persona fácilmente irritable... ¡pero de un

 corazón! (LAS MIRA: HIPOCRITA) ¡Está muy triste por ustedes!

NOEL:  Porque a sus nuevas pupilas deberá pagarles el doble.

CONDE: (AMABLE, CONTEMPORIZADOR.) ¡No todo en la vida tiene

 que ver con esas cosas, muchachas!

NURIA: Para Don Luis, todo tiene que ver con el dinero.

CONDE: ¡Qué poco lo conocen! Debajo de esa actitud hostil, se halla embozada

 una fina sensibilidad.

NURIA: (RIE) ¿Quién puede creerlo?

CONDE: ¡Qué digo sensibilidad! ¡Un sensiblero¼ un blando!

NOEL:  ¿Por qué no lo demostró cuando le pedimos otra manera de trabajar?

CONDE: Entiéndelo, Noel... él debe pagar esas deudas.

NOEL:  Entonces que continúe triste.

CONDE: (PATERNAL) Mis chiquillas... deberían recapacitar más en lo que hacen.

NOEL:  ¿Y volver con él?

CONDE: (AFABLE, SEDUCTOR) Arriesgo en decir¼ que estaría dispuesto a

 aceptarlas de nuevo.

NOEL:  (PERSPICAZ) ¡Porque “a las beldades” debe pagarles lo que

 corresponde!

CONDE: (NIEGA, AFABLE) ¡Las aceptaría porque es de un gran corazón!

 (LAS MIRA Y AL NOTARLAS ESCÉPTICAS, AÑADE) Recapaciten,

 chicas¼ piensen lo que les digo. Es distinto ser pupila del "Mesón de la

 felicidad", a tener que andar haciendo la calle. Allá tienen techo,

 comida... ¡y protección!

NURIA: ¡Y a veces colas que esperan!

CONDE: (YÉNDOSE, LES CONRIE, CALIDO, PATERNAL) ¡Mis niñas, qué tercas

 son!... No olviden que en don Luis¼ encontrarán siempre un “padre

 protector”. ¡Él siempre las espera!

NURIA: Que espere sentado.

DINA: (ACABA DE ABRIR LA VENTANA Y ESCUCHA.) ¡Acostado mejor!

 ¡Porque se le va a gastar el traste!

CONDE: (SE DIRIGE HACIA EL MESON.)

DON LUIS: (SALE A RECIBIRLO. ANSIOSO) ¿Qué le han dicho, señor conde?

CONDE: Están un tanto¼ esquivas, las muchachas.

DON LUIS: (MOLESTO) ¿Qué es lo que quieren esas brujas?

CONDE: Usted ya sabe cuáles son sus deseos.

DON lUIS: ¡Desagradecidas! ¡Canallas!

CONDE: Cálmese, Don Luis.

DON LUIS: ¿Cómo voy a estar tranquilo con esas ilusas! ¿Qué es lo que pretenden...

 que les ponga un consultorio y una secretaria?

CONDE: Ya encontrará una solución.

DON LUIS: ¡Es que sino la encuentro, me fundo!

CONDE: Digamos... que no ganará tanto.

DON LUIS: (MELODRAMATICO, COMO SI FUESE UN GENEROSO

 PROTECTOR) Debo pagar todas las instalaciones y arreglos que

 hice...¡pensando en ellas! ¡Para que trabajaran con comodidad! ¡A mí me

 interesa mejorar las condiciones de los empleados!

CONDE: (AMABLE Y FALSO) Lo sé, Don Luis¼ ¡usted siempre tuvo un

 generoso criterio social!

DON LUIS: ¡Y así me pagan ahora! ¡Además tengo estas cuatro sanguijuelas que

 me comen todo! ¡El doble debo pagarles! ¡Explotadoras!

CONDE: Contrólese y piense. Seguramente hallará otra solución.

DON LUIS: Estos dos meses fueron truculentos... ¡tengo que resolver esto!

 (DECIDIDO.) ¡Échelas del condado, señor Conde! ¡Ya mismo!

CONDE: (SORPRENDIDO) ¡Está un tanto¼ alterado! ¡Cálmese!

DON LUIS: Si ellas quedan en el condado, de nada vale¼ya nadie viene al mesón.

CONDE: Entiendo que existe esa competencia desleal... pero ya encontrará la

 forma de solucionarlo.

DON LUIS: No es sólo por eso, señor conde... ¡a qué mentir!

CONDE: ¿Entonces no se trata sólo de sus deudas?

DON LUIS: Podría pagarlas igual.

CONDE: ¿Entonces?

DON LUIS: ¡Don Luis Cantizano tiene una imagen que no debe perder! ¿Imagina

 usted si esas cuatro desharrapadas se convirtiesen en competencia...

 qué autoridad tendría en mis otros negocios?

CONDE: Por supuesto... no sería nada saludable.

DON LUIS: ¡Que el vulgo se transforme en estorbo de una empresa moderna!

 (LO MIRA FIJO)

CONDE: (PAUSA. LUEGO, LO ACEPTA) Tiene usted razón.

DON LUIS: (DECIDIDO) Entonces no hay otra alternativa, señor conde...

 ¡o se las echa del condado, o que regresen arrastradas a pedirme trabajo!

CONDE: No es fácil. No entiendo cómo se las arreglará.

DON LUIS: (LO MIRA. LUEGO SUTIL) ¿No cree, señor conde... que usted debería

 encontrar la solución?

CONDE: (LO MIRA SIN ENTENDER.) ¿Me sugiere acaso...

DON LUIS: (ASIENTE)

CONDE: ¿No entiendo a qué se debe esa sugerencia?

DON LUIS: Supongo que su excelencia ha encontrado siempre un cúmulo de

 atenciones en el "Mesón de la felicidad".

CONDE: (LO OBSERVA EN SILENCIO, SERIO. LUEGO ACEPTA) Así es.

DON LUIS: Las cortesías y esmero de mis pupilas... podrían quizás tomar estado

 público.

CONDE: (FIRME Y SORPRENDIDO) ¿Es esto una amenaza?

DON LUIS: (ENSEGUIDA, AFABLE) Por favor, señor conde... ¡ocurrírsele semejante

 idea!

CONDE: (SEGURO) Aclárelo entonces.

DON LUIS: (CON UNA AMENAZA ENCUBIERTA) Decía yo que estas infelices,

 solas por las calles y sin mi control... ¡son muy ligeras de lengua!

 ¡La ignorancia todo lo hace!

CONDE: (PENSATIVO) No se me había ocurrido¼ (PREOCUPADO) Hay que

 tomar alguna medida¼ ¡enseguida!

DON LUIS: Sería lo más oportuno. (SILENCIO)

CONDE: (LUEGO) ¡Y creo tenerla!

DON LUIS: Perdone usted¼ pero si no las echa, de nada valdrá.

CONDE: ¿Por qué echarlas? ¼ (SONRIE) ¡Se pueden ir solitas!

DON LUIS: (LO MIRA EXTRAÑADO.)

 

  TERCER CUADRO

 

LA MISMA ESCENOGRAFIA. HACIA EL LADO DERECHO DE LA PLAZA SE HA INSTALADO UN ESTANQUE DE AGUA, DE BUEN DIÁMETRO Y ALTURA.

TRES, DE LAS CUATRO VENTANAS DE LOS DEPARTAMENTOS DE LAS CHICAS ESTAN CERRADAS.

SE LA VE A MARTINA QUE MERODEA LA PLAZA CON SU CARTERA Y EL CARTELITO DE "LIBRE" ENCENDIDO. OBSERVA CON CURIOSIDAD EL ESTANQUE Y CHARLA DIVERTIDAMENTE CON MATIAS, EL JOVEN QUE ESTA ULTIMANDO LOS DETALLES DE LA INSTALACION.

SUENAN TROMPETAS ESTRIDENTES Y APARECEN EL CONDE, LA CONDESA, SIR JAMES BLACKTOWN Y SU ESPOSA, DON LUIS Y SU ESPOSA.

LA CONDESA ES INTERPRETADA POR LA ACTRIZ QUE PERSONIFICA A NOEL: DE ATUENDO ELEGANTE Y ACORDE A LA USANZA DEL SIGLO XVIII. ES UNA MUJER SIMPATICA Y MUNDANA. LA ESPOSA DE SIR JAMES, MISS GRACE, ES INTERPRETADO POR LA MISMA ACTRIZ DE DINA, VESTIDA CON ROPA DEL SIGLO XVII, AUNQUE SEVERA Y OBSCURA. SU EXPRESION ES GRAVE, CIRCUNSPECTA, AGUDIZADA POR UN TIC QUE LE HACE MOVER SU CABEZA.

LA ESPOSA DE DON LUIS, LAURA,ES INTERPRETADO POR LA ACTRIZ DE NURIA: ROPA LLAMATIVA, UN TANTO RECARGADA, OSTENTOSA. ES UNA MUJER VULGAR EN SUS MANERAS.

 

  (TROMPETAS ESTRIDENTES)

  (SE INSTALAN LOS SEIS FRENTE AL ESTANQUE EN ACTITUD

  CEREMONIOSA.)

CONDE:  (CUANDO CESAN LAS TROMPETAS, INICIA SU DISCURSO)

  Henos aquí reunidos: las personalidades más representativas de la comarca.

LAURA:  (APLAUDE. VERGONZOSAMENTE DEJA DE HACERLO AL

  NOTAR QUE NADIE LA ACOMPAÑA.)

CONDE: (CON SU TONO ALTISONANTE) Este acontecimiento será

 fundamental y trascendente en la historia de la comarca: ¡instalar

 definitivamente las buenas costumbres en nuestras calles! Para que el

 ejemplo trascienda a aquellos hogares en donde impera la impudicia y la

 procacidad.  (PAUSA) Tengo el honor de presentar a quien tendrá a su

 cargo¼ ¡tan loable y trabajosa tarea!  ¡Sir James Blacktown!

 Mi querido e inolvidable preceptor de urbanidad... a quien desde este

 momento declaro:¼ ¡Inspector general de la ciudad! (APLAUSOS)

 TROMPETAS

LAURA: (GRITA) ¡Viva el inspector!

DON LUIS: (LA APERCIBE CON DISIMULO, POR LO BAJO) ¡Cállate, majadera!

SIR JAMES:  (REALMENTE EMOCIONADO) Gracias, hijo. Son todos muy buenos.

 Sólo deseo responder a vuestras demostraciones¼ que así como hace

 cuarenta años respondí lealmente  a vuestro padre, cumpliendo con el

 designio de mi tutoría en vuestra formación... ¡hoy prometo igual

 lealtad en estos propósitos!

 (APLAUSOS, FELICITACIONES, ABRAZOS)

LAURA: (EN UN APARTE, ACARICIA DISIMULADAMENTE AL CONDE Y SE PRODUCE ENTRE ELLOS UNA MIRADA SENSUAL Y COMPLICE

 QUE TRATAN DE HACER PASAR DESAPERCIBIDA.)

CONDESA: Sir James, mi esposo siempre tuvo gratísimos recuerdos suyos, y hoy

 tengo el gusto de comprobar sus razones. (LO BESA EN LA FRENTE)

SIR JAMES: (DIGNAMENTE.) Señora condesa, estos acontecimientos superan mi

 capacidad emocional.

CONDE: Sobradas razones hay.

LAURA: (MELOSA, OBSERVA AL CONDE Y ESTE SE INQUIETA.)

 El señor conde nos habló mucho de usted estos días.

DON LUIS: Siempre hubo buenos recuerdos de su noble pupilo.

LAURA: ¿La señora también se especializa en urbanismo?

 (DON LUIS LE DA UN DISIMULADO PELLIZCO)

MISS GRACE: (AGRIA: ACLARA) ¡Urbanidad, señora!  Las buenas costumbres que

 mi esposo impondrá en esta comarca, son una norma inseparable de

 nuestras vidas.

 (LAURA QUEDA COHIBIDA)

DON LUIS:  Propongo que las señoras vayan disponiendo el brindis que lo

 representativo de este condado ofrecerá a Sir James.

LAURA:  (BURDA, ORDINARIA) Vamos que tengo a la servidumbre trabajando

 sola.

CONDESA: ¿Nos acompaña, Miss Grace?

 (SALEN LAS TRES)

LAURA: (COMO NUEVA RICA) En estos tiempos que corren ni un minuto se

 puede dejar solos a los sirvientes, ¡están tremendos¼ muy igualados!

SIR JAMES: (INDICA A MATIAS.) Asegura bien la base del estanque.

MATIAS:  Así se hará, Sir James.

SIR JAMES: Y cúbrelo cuanto antes; no quiero accidentes.

MATIAS:  Sí, señor.

CONDE: ¿Lo considera peligroso en esta plaza?

SIR JAMES: ¿Confías o no en tu viejo preceptor?

CONDE: (EXTENDIENDOLE LA MANO, CALIDO) ¡Quedan en sus manos las

 buenas costumbres de la comarca!¼ Tengo algunos asuntos que atender

 antes del banquete.

SIR JAMES:  Ve tranquilo, hijo. Ya estoy manos a la obra.

 (EL CONDE SE VA.)

DON LUIS:  También me voy, hasta mi negocio. Recuerde que en una hora lo

 esperamos en mi casa de campo.

SIR JAMES: Seré puntual.

DON LUIS:  (CONFIDENTE.) Esté atento con ciertas mujeres... ¡a veces afean el

 aspecto de nuestras calles!

SIR JAMES: Le agradezco su advertencia.

DON LUIS:  Hay muchos malos ejemplos femeninos en nuestra comarca¼

SIR JAMES: Lo tendré en cuenta.

 (DON LUIS SE VA AL MESON Y CADA TANTO ESPIA)

SIR JAMES: Más rápido, Matías.

MATIAS:  (SERVICIAL.) Sí, señor.

SIR JAMES: Quiero que el estanque quede instalado antes del banquete.

MATIAS:  Haré lo posible, señor. (SIR JAMES CONTINUA DANDOLE

 INDICACIONES.)

NOEL:  (ABRE SU VENTANA, OBSERVA EXTRAÑADA. LUEGO SALE Y

 MERODEA LA PLAZA.)

MARTINA: (SE ACERCA AL ESTANQUE, CON CURIOSIDAD) ¿Qué es esto?

SIR JAMES: Un estanque purificador.

MARTINA:  (EXTRAÑADO.) ¿Purificador?... ¿Y para qué sirve?

SIR JAMES: Para purgar a quien viole las buenas costumbres.

MARTINA: ¿Quién podrá beberse tantos litros?

SIR JAMES: (AMABLE) No es así¼en su momento te enterarás, hija.

MARTINA: (A NOEL, QUE SE ACERCO Y TAMBIEN OBSERVA.) Noel, el señor es

 el nuevo inspector general. (CRUZAN SALUDOS)

SIR JAMES: (TOMA SU MANO Y CON UNA LEVE INCLINACION LA BESA.)

 (NOEL SE COHIBE.)

MARTINA:  (SUSPIRA.) ¡Qué caballero!

NURIA: (SALE A LA PLAZA.)

SIR JAMES: ¡Hermosa ciudad! ¡Me encanta su tranquilidad!

MARTINA: (SUSPIRA) ¡Es un lugar de reposo y sosiego!

SIR JAMES: Me parece que tendré muy poco trabajo. Apúrate, Matías.

MATIAS: Enseguida señor.

SIR JAMES: ¿Qué hacen las señoras?

MARTINA:  (DUDA) Trabajamos.

NOEL: Ahora paseamos.

SIR JAMES: Me parece muy bien. Escuché que en esta comarca hay un alto porcentaje

 de mujeres trabajando: boticarias, computadoras, profesionales...

 ¿A qué se dedican las señoras?

MARTINA: Tenemos un trabajo... (DUDA)

NOEL:  (ENSEGUIDA) ¡¡Muy especial!! (APROVECHA LA LLEGADA DE

 NURIA PARA SALIR DEL PASO) Le presento a Nuria.

SIR JAMES: (TOMA SU MANO Y CON LEVE INCLINACION LA BESA.)

 Señora, es un placer conocerla. (DON LUIS OBSERVA DESDE EL MESON, PREOCUPADO, SIN

 ENTENDER.)

MARTINA:  (SUSPIRA, ROMANTICA) ¡Qué caballero! ¡Qué cortes!

NOEL: (LLEGA DINA) ¡Apúrate que te presentamos al nuevo inspector general!

SIR JAMES: (NUEVAMENTE TOMA SU MANO, SE INCLINA, LA BESA.

 DINA SE DESCONCIERTA POR TANTA AMABILIDAD, AUNQUE

 RIE CON SU PARTICULARIDAD.) Observo que este condado

 posee un hermoso ramillete de señoras.

DINA:  (AL OIDO DE NOEL.) ¿Quién trajo a este forúnculo?

  (NOEL LE DA UN DISIMULADO CODAZO)

SIR JAMES:  Decían ustedes que hacen un trabajo especial.

  (LAS MIRA. PAUSA. INSISTE.) ¿No es cierto'

MARTINA: (SALE DEL PASO.) ¡Sí, claro, muy especial!

SIR JAMES:  ¿Cuál ese trabajo?

DINA:  Hacemos la calle.

SIR JAMES:  (SORPRENDIDO.) ¡Hacer una calle es trabajo muy duro!

  Trabajo de hombres.

NOEL: En honor a la verdad, señor, nosotros no la hacemos.

  (APARECE EN EL OTRO EXTREMO DE LA PLAZA UN HOMBRE

  CON ACTITUD SIMPATICA, JOVIAL, MUY BIEN VESTIDO CON

  ROPAS NO FORMALES. PERSONAJE ACTUADO POR EL ACTOR

  DEL CONDE.)

NURIA:  (SUTILMENTE SE DESLIZA Y SE PONE A TRATAR CON EL.)

SIR JAMES:  Perdón. Creo haber entendido...

NOEL: ¡Que hacemos la calle¼ ¡más linda!

SIR JAMES:  (SONRIE COMPLACIDO) ¡Ah!¼ ¡Estaba dispuesto a protestar a

  mi ex discípulo por permitir trabajos insalubres!

MARTINA:  ¡Qué insalubre!¼ ¡Nos divertimos muchísimo!

SIR JAMES:  Un trabajo¼ “estético”, digamos.

DINA:  (ES LA MAS IMPUDICA, PROCAZ) ¡Trabajamos con el amor!

  ¡Nos entregamos! .. ¿Entiende?¼ (MARTINA LA HACE CALLAR)

NOEL: (DISIMULA) ¡Por amor al prójimo, por supuesto!

SIR JAMES:  ¡Interesante y loable tarea, señoras! Todo cuanto sea entregar amor en

  estos tiempos que corren, es encomiable.

  (CONTINUAN HABLANDO ANIMADAMENTE.)

DON LUIS: (OBSERVA CON SORPRESA Y DISGUSTO CUANTO OCURRE.)

NURIA:  (SENSUAL, CHISPEANTE) ¡Ay, Ernesto, conoces muy bien como es esto!

ERNESTO:  (SEDUCTOR) Nuria querida, soy un viejo admirador que además te

  quiere muchísimo. ¡Te adoro!

NURIA:  (VIVAZ) ¡Qué halago! ¡Yo también te estimo!

ERNESTO:  Soy un amante solitario.

NURIA:  ¡Pobre! ¡Cómo sufre!

ERNESTO:  Te quiero, Nuria, eres la luz de mis ojos.

NURIA:  (SIMULA CREERLE, FOGOSA) ¡Qué maravilla! ¡Qué halago!

ERNESTO:  (SEDUCTOR, LA TOMA) ¿Entonces... podré gozar de tu arte epicúreo?

  ¡De tus sensuales besos!

NURIA:  (SIMPATICA AUNQUE FIRME) En las condiciones pactadas… ¡claro que

  sí!

ERNESTO:  (SE DESMORONA SU SEDUCCION) ¡No, no!  ¡Qué materialista!

  ¿Por qué eres así?

NURIA:  (IRONICA) En el supermercado no me aceptan tu amor.

ERNESTO:  (LA TOMA DEL BRAZO Y SE VAN.) ¡Qué maltrato recibo de tu frío

  corazón!

NURIA:  (SONRIE.) ¡Soy una mujer maldita!

ERNESTO:  ¿Te gustó la escena?

NURIA:  ¡Me encantó!

ERNESTO:  Sino hacemos así, sería muy aburrido. (RIEN Y ENTRAN A LA CASA.

  NURIA CIERRA SU VENTANA.)

DON LUIS:  (OBSERVO TODO Y SE PERCIBE SU ENOJO: RESUELTO SE  DIRIGE

  HACIA SIR JAMES. AL ACERCARSE EL GRUPO, ESTALLAN EN UNA

  CARCAJADA Y AUMENTA SU COLERA: LO HACE DUDAR.

  FINALMENTE SE DESLIZA POR DETRAS DEL ESTANQUE Y HABLA

  POR LO BAJO A MATIAS, SEÑALANDO A LAS MUJERES.

  SE VUELVE A SU MESON.)

SIR JAMES:  ¡Señoras, son ustedes un encanto! Estoy seguro que no tendré mayores

  inconvenientes en esta comarca.

NOEL: Eso es lo que deseamos.

SIR JAMES:  Por supuesto. ¡Este pícaro de conde, supo elegir el lugar donde instalarse!

  Ustedes me perdonarán pero debo continuar con mi trabajo.

NOEL: Nosotras también.

SIR JAMES:  Continuad iluminando con amor las calles.

MARTINA:  Adiós, señor inspector. (MIENTRAS SE VAN, DICE A SUS AMIGAS)

  ¡Qué amor! ¡Qué caballero!

DINA:  ¿No será como Monsieur Le Petit?

MARTINA: ¿Qué se puede decir de él?

DINA:  Es un caballero cuando le conviene.

MARTINA:  Hablas de envidia.

SIR JAMES:  (ESCUCHA A MATIAS, ASOMBRADO.) ¿Estás seguro de lo que

 terminas de contarme?

MATIAS: El señor del mesón me recomendó que se lo contara.

SIR JAMES:  ¿Habrá entendido bien esa cabeza tuya?¼

MATIAS:  ¡Me lo repitió dos veces, Sir James¡ Dijo que: “como ciudadano honorable”, se veía en la obligación de colaborar con el inspector general.

SIR JAMES:  ¡Por supuesto y agradecido estoy! Siendo amigo de mi discípulo, deberá

  ser un respetable ciudadano. (PREOCUPADO) Aunque...¿cómo entender

  esto? (PIENSA. LUEGO) Debe tratarse de un equívoco. ¡Señoras tan

  agradables!¼ (A MATIAS) ¡Ya mismo las llamas, que quiero aclarar esto.

 (MATIAS VA EN BUSCA DE LAS MUJERES. JAMES, NERVIOSO)

MARTINA:  (SE ACERCA CON LAS OTRAS) ¿Nos llamaba el señor?

SIR JAMES:  (SEVERO) Sí, señoras. (LAS MIRA) ¿No era que ustedes hacían la calle?

DINA:  (PICARA) ¡Y cómo!¼

SIR JAMES:  ¿La iluminaban con amor?

DINA:  (A MARTINA.) ¿Qué dice este negado? (CODAZO DE NOEL)

SIR JAMES:  ¡Contesten! ¿No se entregaban desinteresadamente al prójimo?

MARTINA:  ¿Desinteresadamente?

SIR JAMES:  ¿Qué oyeron mis oídos hace unos minutos?

NOEL: Que nos entregamos¼ ¡pero no desinteresadamente, mi rey!

SIR JAMES:  (ASOMBRADO) ¿Acaso me están sugiriendo que... ejercen la

  prostitución? (LAS MIRA. SILENCIO.) ¡Contesten!

NOEL: (FIRME) ¿Qué es lo que desea saber?

SIR JAMES:  Lo dicho.

NOEL: Hacemos nuestro trabajo.

SIR JAMES:  (AZORADO) ¿Me lo confirman entonces?... ¿Y las buenas costumbres?

NOEL: No tuve quien me las enseñaran.

SIR JAMES:  ¡Hay un sentido intuitivo de buenas costumbres y urbanidad, señora!

MARTINA:  ¡Cállate, viejo chiflado!

SIR JAMES:  ¡Esto es insoportable!

MARTINA:  ¡Guárdate las buenas costumbres en el ombligo!

SIR JAMES:  Es inaceptable semejante irrespetuosidad hacia un inspector.

MARTINA:  ¡Que nos den un buen trabajo entonces! ¿O te crees que tenemos vocación

  de hacer la calle?

SIR JAMES:  Los hábitos virtuosos están por sobre todo.

NOEL: Hasta que uno se muere de hambre.

SIR JAMES:  Nada justifica que las prácticas indecentes deambulen por las calles.

NOEL: ¿Pero en el mesón sí?

SIR JAMES:  (DESCONCERTADO.) No lo sé... A mí me nombraron para erradicar los

  malos ejemplos de las calles.

NOEL: ¡Eso es hipocresía!

SIR JAMES:  ¡Señora, le exijo que se modere ante una autoridad!

NOEL: ¡Y nosotros le exigimos que nos dejen trabajar!

MARTINA:  ¡Tenemos tantos derechos como Don Luis!

SIR JAMES:  (TERMINANTE) ¡Ustedes inaugurarán el estanque purificador!

TODAS:  (SORPRENDIDAS) ¿¿¿Cómo???

SIR JAMES:  ¿Matías, has colocado los ingredientes curativos al agua?

MATIAS: Le he puesto las sales espirituales.

SIR JAMES:  Dispón entonces lo necesario para inaugurar el estanque.

MATIAS: ¡Al fin, señor! (SE DISPONE, HACIENDO GALA DE SU GRAN FISICO

  Y MUSCULATURA)

MARTINA:  (AGRESIVA) ¡Si intenta meternos allí, somos capaces de hacer cualquier

  cosa!

MATIAS: (RIE, ENVALENTONADO; CON SU ACTITUD AMENAZANTE, LAS  ARRINCONA Y HAY UN GOZO EN ELLO) ¡Despacito, señoritas!...

  ¡Despacito vayan subiendo al estanque!

MARTINA:  (JUNTO A LAS OTRAS, SE RESISTEN) ¡No subimos!

MATIAS: (LAS EMPUJA, FUERTE, MIENTRAS GOZA) ¿Que no van a subir?

NOEL: ¡Vayan a inpeccionar el mesón!

MARTINA:  (A DON LUIS, QUE SE ACERCA) ¡Que busquen allí a las que este señor

  tiene de pupilas!

DON LUIS:  (IGNORÁNDOLAS) Sir James, se acerca la hora de la recepción. Mi auto

  está a su disposición.

SIR JAMES:  Avise que se aplaza el banquete... ¡el estanque de purificación comienza a

  funcionar!

DON LUIS: (FINGIENDO) ¿Ya?... ¿Pero con quién?

SIR JAMES:  Con estas mujerzuelas.

LAS TRES:  (GRITAN E INTENTAN ESCAPAR DE MATIAS, AUNQUE ESTE LAS

  CONTROLA EJERCIENDO UN JUEGO DIABOLICO.)

DON LUIS:  ¿Qué es lo que han hecho?

SIR JAMES:  Según ellas... hacen la calle.

DON LUIS: ¡No lo hubiese imaginado! Las veía habitualmente en la plaza, con esas

  caras de tontuelas.

SIR JAMES:  Los malos hábitos a veces se presentan solapados, Don Luis.

DON LUIS: (FALSO) ¡Oh, mi eterna ingenuidad!

MUJERES: (GRITAN, PRETENDEN DEFENDERSE, ESCAPAR DE MATIAS)

DON LUIS: Voy en busca del señor Conde.

CONDE:  ¿Quién me llama?

MUJERES: (CALLAN.)

SIR JAMES:  Hijo, te ha traido la providencia. Estas mujeres ejercían la prostitución en

  la plaza pública. Ya comienzo a purificar sus cuerpos.

CONDE:  ¡Si usted lo determina, sir James!

MARTINA:  ¡No se lo permita, señor conde!

NOEL: ¡Don Luis es el culpable!

TODAS:  ¡Porque le hacemos la competencia!

CONDE:  (SOLEMNE) Señoras... ¡lamento lo ocurrido! ¡No puedo desautorizar

  al Inspector General! ¼ Don Luis, llame y avise que se posterga por dos

  horas la recepción.

DON LUIS: Así se hará, señor Conde. (POR LO BAJO.) Falta una. ¡Son cuatro!

CONDE:  (MURMURA) Ya aparecerá. ¡Una sola no es competencia!

DON LUIS: (ENTRA A SU MESON)

SIR JAMES:  (EN SECRETO, AL CONDE) Algo me preocupa, hijo¼ ¡estas mujeres

  gritaron cosas a Don Luis!

CONDE:  (SIMULA SORPRESA) ¿Cosas? ¡No entiendo!

SIR JAMES:  (PREOCUPADO) Sembraron algunas sobre ese mesón.

CONDE:  No sé nada, Sir James, jamás entré a él.  ¡Tanto trabajo y obligaciones!¼ me impiden conocerlo todo. Aunque puedo adelantaros que Don Luis

  Cantizano, ¡es el mejor contribuyente!¼ Sus impuestos están al día.

  Todo lo hace de acuerdo a las reglamentaciones. Se ufana en repetir:

 "¡Si quebrantás la ley, golpearán a tu puerta!"

SIR JAMES:  ¡Como yo lo suponía! Esta clase de mujeres hacen de la calumnia una

  institución. ¡Matías, termina de subirlas!

NURIA:  (ABRE SU VENTANA Y NO PERCIBE LO QUE OCURRE ABAJO.)

MATIAS:  Sí, señor. (LAS EMPUJA CON MAS FUERZA, OBLIGÁNDOLAS

  A SUBIR AL ESTANQUE. ELLAS OPONEN RESISTENCIA PERO LA

  FORTALEZA FISICA DE MATIAS LAS SUPERA.)

NURIA:  (APARECE EN LA PLAZA. AL NOTAR EL FORCEJEO DE MATIAS

  Y SUS AMIGAS, SE ACERCA RAPIDO, FURIBUNDA.)

  ¿Qué le haces a mis amigas? ¡Forajido! ¡Delincuente!

MATIAS: (RAPIDO, LA TOMA A ELLA TAMBIEN.) ¡Pretendías escapar!

  (POR LA FUERZA LA INCORPORA AL GRUPO. SUBE A LAS   CUATRO A LO ALTO DEL ESTANQUE.)

NURIA:  ¿Qué ocurre? ¿Qué quieren?

MATIAS: Ya lo sabrás.

NURIA:  ¿Qué hice?

MATIAS: (LA SACUDE BRUSCAMENTE.) ¡El inspector te informará!

SIR JAMES:  ¡Basta! ¡Suéltala! (MATIAS OBEDECE. SILENCIO.)

  Como Inspector General de esta comarca¼ y siendo mi elevada misión,

  velar por el reinado de las buenas costumbres en sus calles... ¡comunico a

 las cuatro infractoras, que serán sometidas a una purificación de todo cuanto las aqueja! Intentaremos lograr en estas pobres pecadoras: "en un

  cuerpo sano, buenas costumbres". Si se insistiera en el futuro en esas

  prácticas censurables... las inculpadas serían inflexiblemente deportadas.

  (SILENCIO. LUEGO) Comienza, Matías.

MATIAS: (CON ENTUSIASMO.) Así se hará, Sir James.

  (ENTRE GRITOS Y RESISTENCIA DE LAS CUATRO MUJERES,

  MATIAS LAS VA ARROJANDO AL AGUA DEL ESTANQUE.

  ELLAS GRITAN, SE DESESPERAN TRATANDO DE EVITAR SER

  ARROJADAS.)

SIR JAMES:  ¡Ayúdalas, Matías! ¡Ayúdalas a purificar sus imperfecciones!

  (HABLA CON EL CONDE Y DON LUIS, QUE SE HAN ACERCADO)

  Este baño purificador revivirá sus espíritus. Las sales curativas animarán

  sus vidas de un nuevo resplandor.

CONDE:  Siempre he confiado en su atinada intuición, Sir James

SIR JAMES:  (SEVERO, PERO CON UNA AUTENTICA INOCENCIA) ¡Lo externo que

  las dañaba, está siendo eliminado! ¡Observad como las aguas se tornan

  turbias y sus pieles adquieren un hermoso brillo! ¼ ¡Ayúdalas, Matías!

  ¡Sumérgelas una y otra vez!

DON LUIS:  (POR LO BAJO: AL CONDE.) ¿Cree usted que esto servirá de algo?

CONDE:  Don Luis, al menos es una buena demostración de poder. ¡Esperemos!

DON LUIS:  (NO ESTA MUY CONVENCIDO.)

SIR JAMES:  (CREYENDO CIERTAMENTE EN LO QUE HACE Y DICE) ¡Se separan

  de sus cuerpos las energías del mal! ¡Volverán ahora a ser las hermosas

  muchachas que en algún momento transitaron la inocencia de la vida!

  (LAS CUATRO MUJERES CONTINUAN GRITANDO, MALDICIENDO, OPONIÉNDOSE A LOS CONSTANTES ESFUERZOS DE SUMERGIRLAS QUE  EJERCE MATIAS.)

MARTINA:  (GRITA A SIR JAMES) ¡Termine con esto!

NOEL: ¡Basta de fantochadas!

MARTINA:  (GRITA: DESAFORADA) ¡Don Luis es un farsante! ¡Hipócrita!

NURIA:  ¡Que nos dejen en libertad!

DINA:  (RIE, NERVIOSA, COMO DIVIRTIÉNDOSE EN UN JUEGO.)

NOEL: ¡Esto es un atropello!

SIR JAMES:  ¿Acaso no les conmueve la preocupación del señor conde por rescatarlas?

NOEL: ¡Que él nos ayude a vivir como la gente si tanto le preocupamos!

LAS 4:  (SEÑALAN A DON LUIS) ¡Ése! ¡Ése! ¡Ése es el delincuente!

DON LUIS:  (POR LO BAJO) Hay que echarlas del condado sin miramientos, Sir

  James. ¼ ¿Le parece, señor Conde?

CONDE:  Debemos estudiar la posibilidad.

DON LUIS: No se puede seguir tolerando los vicios y el pecado en las calles.

CONDE:  (EVITANDO EL COMPROMISO) En ese caso¼ debe decidirlo el

  Inspector General.  ¡No puedo invadir su fuero! 

 


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