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En oscuro se escucha el ruido del motor de un helicóptero que sobrevuela el espacio, para luego, perderse lentamente.

Las luces, también lentas, suben iluminando la escena que se desarrollará en un cuarto al que se ingresa por lateral izquierdo abriendo una puerta que da a una escalera que baja tres escalones de madera. La habitación es austera, las paredes son rústicas y se puede ver como único adorno, colgado a la derecha un cuadro con la pintura de un paisaje indefinido. Una abertura en lateral derecho, cerrada por una cortina, habla de otro ambiente.

Los muebles son pocos : una mesa grande de madera, con cajonera, y dos bancos también de madera, un perchero desnudo en un rincón, y recostado sobre la pared del fondo un viejo aparador debajo de una claraboya por la que entra un poco de luz.

La claraboya está cerrada.

Subida arriba del mueble, tratando de alcanzar la manija para abrirla, está Lucía, se esfuerza y en uno de los intentos la rompe quedando esta en sus manos. Masculla una palabras de bronca e intenta nuevamente asiéndose de los bordes de la ventana y tirando con fuerza, pero no se abre. Desanimada, golpea con los puños la pared, para luego sentarse en el techo del aparador.

Es una mujer de edad indefinida, según sus movimientos parece más joven o más vieja, tiene puesto un vestido pasado de moda, está demacrada y tiene el pelo algo revuelto.

Pasa un tiempo en la misma posición, hasta que se escucha que alguien quiere abrir la puerta y que no encuentra la llave adecuada. Con rápidos movimientos Lucía baja del armario, se arregla el pelo y se sienta en el borde de la mesa interpretando estar serena.

Luego de unos instantes la puerta se abre y entra Julián con una gran valija en la mano, detrás de sí cierra la puerta, le pone llave y la guarda en su bolsillo. Es un hombre también de edad indefinida, usa traje claro bastante arrugado denotando muchas horas de uso ininterrumpidas. Desde el último escalón de la escalerita observa a Lucía un momento como olfateando el ambiente. Luego se decide, levanta los brazos a modo de gran saludo y sonríe complacido.

JULIAN - (Saluda en francés haciéndose el gracioso) ¡Bonyour Mademoisele ! ¡Mirá que te trajé de regaló! (Muestra la valija blandiéndola en el aire)

LUCIA - (Sobreactuando su alegría) Mi amor, me trajiste una valija, con la falta que me hacía. ¡Viajo tanto!

JULIAN - (Sin escucharla) Es fuerte y espaciosa. (Salta sobre la valija) No tengas miedo, no se rompe.

LUCIA - (Con tono neutro e indiferente a la acción) Los días que faltaste se me hicieron larguísimos.

JULIAN - Te traje un regalo, como me pediste. La abro y te la muestro para que la veas por dentro. Tiene mucho espacio, es cómoda y podés llenarla de cosas. (Intenta abrirla pero no puede. Tira de las correas sin éxito, la levanta y la tira contra el piso) ¡Eh...! No te asustes. No señor, no la voy a romper. Te dije que era fuerte. Después la abro, tranquilo, le dedico más tiempo y más paciencia. Me puse nervioso..., ansioso diría... (Pausa. Cuelga el saco en el perchero. Haciéndose el tranquilo, mira amoroso a Lucía) ¿Me extrañaste ?

LUCIA - (Tierna) ¿Para qué me trajiste una valija ?

JULIAN - ¿Me vas a contar qué hiciste en mi ausencia ? (Lucia ríe intrigante) Si no, no hay regalo.

LUCIA - No juegues con eso, vos me lo prometiste y lo prometido...

JULIAN - Yo el regalo te lo traje, una valija para que guardes tus cosas y podamos continuar nuestro viaje los dos.

LUCIA - ¡Sos un guacho !

JULIAN - Quiero saber.

LUCIA - ¿Nuestro viaje, a dónde ?

JULIAN - Dale. Contáme

LUCIA - ¿Que te cuente ...qué ?

JULIAN - Todo.

LUCIA - Hicimos un pacto. Volvías en dos días y me traías un regalo. Eso era todo. ¡ Pero no cumpliste, por primera vez me faltaste en todo este tiempo !.

JULIAN - Simplemente me retrasé. Cosas que pasan afuera. ¡Terribles cosas!

LUCIA - Sólo salías dos días y tardaste como seis. Hace cuarenta y ocho horas que no como. Me duele el estómago por el hambre.

JULIAN - Tardé buscando algo adecuado para vos, algo que realmente te sirva. Pero vos..., mirá cómo me recibís, con hambre, si sabía te traía un sanguche en vez de...

LUCIA - Tenía comida para dos días y ...

JULIAN - (Gastándola) Mejor, ahora estas más livianita. ¡Mirá qué cinturita !

LUCIA - ¡No me toques !

JULIAN - ¿Te fijaste en el armario ? Seguro que ahí hay reservas ?.

LUCIA - ¡Hijo de puta ! (Se le tira encima)

JULIAN - ¡Bueno, calmáte !

LUCIA - No me calmo nada. (Lo tira sobre la mesa) ¿De veras querés que te cuente todo ? (Se le sube arriba y lo aplasta con las rodillas)

JULIAN - (Dolorido) Todo...

LUCIA - (Poniéndole los brazos en cruz e inmovilizándolo) ¿Querés que te cuente qué hacía cuando te extrañaba ?

JULIAN - (Tratando de zafar) ¡Con lujo de detalles !

LUCIA - (Forcejeando) Bueno.

JULIAN - (Revirtiendo la situación, pasa a la ofensiva, la baja de la mesa y la sostiene desde atrás retorciéndole ambos brazos) ¡Quiero que me cuentes qué hiciste mientras no estuve !

LUCIA - (Forzadamente coqueta) Lo razonable.

JULIAN - (Empujándola hacia adelante) ¿Adónde fuiste ?

LUCIA - (Liberándose) No salí de aquí.

JULIAN - (Conteniéndose) No mientas.

LUCIA - Sabés perfectamente que estuve sola.

JULIAN - (Con furia) Cuando te masturbabas, ¿en quién pensabas ?

LUCIA - (Quieta) Me faltaste vos...pero me las arreglé bien.

JULIAN - ¡Lucía, que no respondo de mi ! (Toma la valija y la revolea)

LUCIA - ¡Mi regalo! ¡El viaje !

JULIAN - ¡Ah ! ¡Al carajo la valija ! ¿Qué hiciste en mi ausencia ?

LUCIA - Nada. ¿Qué querés que haga ? Me sentí sola y pensé mucho, nada más. (Tímida) Además te llevaste la llave.

JULIAN - ¡Excusas ! ¡Tenés un duplicado ! (Avanza con la valija en alto, amenazando con tirársela) ¿Dónde la escondiste ?

LUCIA - (Retrocediendo) Pero, mi amor, no tengo ningún duplicado.

JULIAN - ¡Mentís ! (Deja caer la valija y se le tira encima. La toca, le levanta el vestido, la revisa sin escrúpulos, casi brutalmente. Lentamente se calma y lo brutal se transforma en pasión, luego en ternura, la besa con suavidad. Ella llora y responde a sus caricias)

LUCIA - ¡Mi amor ! ( El también llora, ella le limpia las mejillas mojadas) (Se calman. Luego se sientan ambos en la valija) (Pausa. Se miran. Desde afuera llega el sonido de una sirena)

JULIAN - No conviene que salgas cuando no estoy.

LUCIA - Quedáte tranquilo.

JULIAN - Estoy tranquilo.

LUCIA - ¿Te hago masajes en los pies? (Sin esperar respuesta le saca los zapatos, las medias y comienza a masajearlo, suave al comienzo, con más fuerza luego hasta que con violencia le hace tronar uno por uno todos los dedos dejándolo colgar del más chiquito, produciéndole dolor a Julián e imposibilidad de movimiento)

JULIAN - ¡Largá Lucía, me duele ! (Se retuerce queriendo zafar) ¡Está bien, no te voy a dejar más sola ! Pero entendé que lo hago por obligación. A mí me encanta estar con vos.

LUCIA - ¿Seguro que no me vas a dejar ? (Imprime más fuerza a su acción) Y me vas a dejar comida de sobra, ¿no es cierto ?

JULIAN - ¡Ay... ! Te lo prometo Lucía, pero soltáme que me duele mucho el dedo.

LUCIA - ¡Jodéte ! ¡A mí me duele mucho el alma cuando te vas ! ¡Y la panza ! (Lo suelta bruscamente)

JULIAN - (Retorciéndose de dolor) ¡Sos una turra, decís que me querés y me hacés esto ! Yo confío en vos y mirá cómo me tratás..., ¡me colgás de los dedos como a una liebre ! Sos una jodida.

LUCIA - A las liebres se las cuelga de los pies cuando están muertas y que yo sepa vos estás bien vivo.

JULIAN - Porque me cuido..., y también te cuido a vos.

LUCIA - (Burlona) ¡Gracias..., faltaba más! Decí que te quiero, si no...

JULIAN - Te acostumbraste a mí, que es otra cosa.

LUCIA - Yo no te elegí.

JULIAN - Yo tampoco, fueron las circunstancias.

LUCIA - (Bajando la guardia) Tenés razón..., las circunstancias.

JULIAN - (Todavía se frota los dedos) ¿Seguimos ? (Ella lo mira con ternura y se le acerca, él se retira con desconfianza) ¡Cuidado, no me toques !

LUCIA - Quería besarte los pies.

JULIAN - ¡Ah... ! Pero no..., los tengo sucios...de tanto caminar. Caminé mucho.

LUCIA - Me imagino. (Se aleja)

JULIAN - Pero si no te importa. (Le ofrece uno de los pies para que se lo bese)

LUCIA - (Sin mirarlo) Me acostumbraste a tus olores.

JULIAN - ¿Y eso está mal ?

LUCIA - Mi abuela decía que si los olores de un amante no son exhalados adrede, para joder al otro, debemos acostumbrarnos y quererlos, como nos acostumbramos a otros defectos que con el tiempo nos aparecen como graciosos y los transformamos en virtudes. Como mi abuelo que con sus pedos tocaba La Cumparcita.

JULIAN - Hablaba mucho tu abuela.

LUCIA - (Se da vuelta y le toma el pie) Lo justo. (Lo besa)

JULIAN - Los besos en los pies me relajan.

LUCIA - Está bien, querido relajáte. (De a poco a los besos se le suman las caricias que avanzan por la pierna. Julián percibe la intención y se separa)

JULIAN - ¡No me calentés ! Estoy muy cansado.

LUCIA - Te vi ampollas en los pies. ¿Caminaste mucho ?

JULIAN - Además los zapatos son un poco chicos, tengo medio punto y nunca la pego, me parece que me quedan bien y después que los uso un poco me sacan ampollas. Siempre me pasa igual.

LUCIA - Igual que a mí.

JULIAN - Nunca me dijiste que tenías medio punto. Siempre que te compré zapatos te traje treinta y seis y nunca te quejaste.

LUCIA - No. Digo, que siempre me pasa igual.

JULIAN - (Haciéndose el distraído). Me perdí, no sé de qué hablás.

LUCIA - De nada hablo. (Pausa) Contáme. Me trajiste un regalo por primera vez.

JULIAN - ¿Regalo?

LUCIA - (Dulcemente) ¡Vamos, no te hagas el zonzo ! La valija. Es bastante grande.

JULIAN - Y muy cómoda.(Pausa. Se escuchan risas y el sonido del motor de un coche a lo lejos. Lucía mira hacia la ventana)

LUCIA - ¿Y ? ¿A dónde vamos a ir ?

JULIAN - ¿Qué le vas a poner adentro ?

LUCIA - No sé.

JULIAN - Sí que sabés. Todos nuestros recuerdos. Nuestras fotos, nuestras cartas, nuestros secretos y todo nuestro amor, que vamos a tener que apretarlo mucho para que entre.

LUCIA - Pero si nunca nos sacamos fotos, ni nos mandamos cartas, ¿ y secretos ? ¿cuáles secretos ?

JULIAN - (Enojado) ¡También hablé de nuestro amor ! No invento juegos para entretenerte, para que no me olvides cuando salgo. Quiero que me esperes con una sonrisa y me abraces y beses con cariño. Me la paso, tratando de renovarme, de ser cada día alguien distinto...

LUCIA - Pero yo quiero que seas siempre vos...

JULIAN - ¡No ! ¡Mentira ! Siempre me exigís cosas nuevas y tengo que salir para cambiar...

LUCIA - (Exaltada) ¡Excusas ! ¡Lo decís para justificarte !¡Yo no te exijo nada !

JULIAN - (Creciendo en volumen) ¡Basta ! ¡No juegues con mi paciencia ! (Pausa. Ella toma uno de los bancos y lo adelanta. Se sienta dándole la espalda a él. El se sienta en la mesa y la observa en silencio. Ella se da vuelta y él le sonríe). ¿Ya está ? ¿Ya pasó ?

(Ella asiente con la cabeza. El hace un gesto de alivio). No quiero que te enojes.

LUCIA - Me ponés nerviosa. Por momentos me parece todo irreal, que lo que nos pasa es producto de nuestra fantasía, que el viaje es mentira y que nuestra vida y que nosotros... (El se baja de la mesa y adelanta el otro banco hasta colocarlo en la misma línea que el de Lucía. Se sienta imitando la forma de ella)

JULIAN - Ultimamente estamos un poco desconectados. Tengo que admitirlo.

LUCIA - Estás muy distraído, como si te pasasen cosas que no me querés decir.

JULIAN - Siempre te conté todo, pero a veces...

LUCIA - ¿Viste que tengo razón ?

JULIAN - Lo hago para protegerte, para que no te deprimas con una realidad callejera, que no es la verdadera realidad. La realidad nuestra es otra, es más profunda. Nos permite indagarnos y conocernos hasta las últimas consecuencias. Como decía tu abuela : "Debemos querer hasta los malos olores de nuestro amante"

LUCIA - (Fastidiada) Yo no me acuerdo de mi abuela. Lo inventé.

JULIAN - Mi abuela tenía muchos más prejuicios que la tuya, ella nunca pronuncio la palabra amante, eso era de mal hablados. Recién a los noventa pudo ver con mayor claridad, pero murió a los noventa y uno.

LUCIA - ¡A mí qué me importa de tu abuela !

JULIAN - Sólo quería distraerte, apartarte del punto en que estabas y seguir, pero...

LUCIA - Disculpáme.

JULIAN - Es mucho el tiempo que pasamos juntos.

LUCIA - (Afirmando) Hace mucho que estamos juntos. ¿Cuánto hace ?

JULIAN - Mucho.

LUCIA - No recuerdo mi vida anterior a conocerte. En estos días que me dejaste sola pensé mucho.

JULIAN - Ni falta que te hace. Además te afeas cuando te ponés melancólica.

LUCIA - Por el esfuerzo que hago y siempre sin resultados.

JULIAN - (Reaccionando) ¡Bueno, se acabó ! ¡Basta de melancolía ! ¡A vivir, que se acaba el mundo ! (Saca un manojo de llaves y se dirige al armario). (Lo abre y saca una cassetera vieja en la que introduce un cassette de antiguos boleros. "Contigo aprendí" es el primero que se escucha) Lo bailamos tantas veces,¿no, Lucía ? (Baila solo mientras Lucía lo mira.

Repite las frases del bolero y se acaricia mientras se mueve rítmicamente)

"Contigo aprendí

a ver la luz

del otro lado de la luna

Contigo aprendí

(La toma de las manos y la obliga a bailar)

que tu presencia

no la cambio por ninguna

larala lala lalilalilaaa

(Desafina, y la música se corta. Sigue cantando solo mientras sigue tratando de hacer bailar a Lucía que se arrastra sin ganas)

Y también aprendí

que yo nací

el día en que te conocí.

(Termina de cantar y saluda con una reverencia. Luego se dirige nuevamente al armario y saca una botella de vino y una bolsa de papel con un pan)

¡A brindar, Lucía, por el día en que se cruzaron nuestros caminos ! ¡Por el viaje que estamos haciendo por la vida ! ¡Para seguir llenando la valija ! ¡Y también nuestros estómagos. (Deja la botella y el pan sobre la mesa. Toma nuevamente las llaves y abre uno de los cajones de donde saca un gran cuchillo. Exhibiéndolo) ¡A comer ! (Saca el pan de la bolsa) ¡Y a tomar ! (Se acerca a Lucía blandiendo el cuchillo, bailando y cantando)

Contigo aprendí

que la semana

tiene más de siete días

(Le apoya el cuchillo en la garganta. Lucía está paralizada) ¡Vamos mujer, ¿y tu alegría ?

¡Vamos a cantar los dos juntos ! (Con el cuchillo le empuja el mentón obligándola nuevamente) ¿A ver cómo canta mi amorcito? ¡Cantemos jun tos ! (La empuja aún más con el cuchillo)

LUCIA - (Con mucho esfuerzo) Contigo aprendí...

JULIAN - (Corrigiéndola) ..........Y también aprendí

LOS DOS- Y también aprendí

LUCIA - (Entrecortada, casi llorando) Que...yo nací

LOS DOS- (El a toda voz). El día que te conocí."

JULIAN - ¡Bravo ! ¡A beber este exquisito vino tinto ! (Busca el destapador) ¿Dónde está el destapador ? ¡Inconveniente ! No está el destapador, no se puede abrir la botella, si no se puede abrir la botella no se puede tomar el vino y si no hay vino no hay fiesta. C´est finí la discazón. (Guarda todo nuevamente en el armario y cierra con llave, va a guardar el cuchillo en el cajón de la mesa pero se detiene y mira a Lucía que todavía está lagrimeando, avanza hacia ella) No te entiendo. Hago lo imposible para divertirte y vos te quedás ahí parada como una tarada. (En seguida se arrepiente, vuelve atrás y clava el cuchillo en la mesa) ¡Pero que te estoy diciendo, como te puedo decir tarada a vos si el tarado soy yo! ¡Te asustaste por el cuchillo ! (Le toma las manos y la besa ) Disculpame, no me di cuenta. Perdoname por favor.

LUCIA - (Apartándolo) Está todo bien, pero dejame en paz. Dejá de hablar pavadas, de viajes por la vida... Sabés que no me tenés que dejar sola tanto tiempo. (Se sienta sobre la mesa, pensativa. El se aparta y se sienta en uno de los bancos)_

JULIAN - Fue la primera vez..., tenía necesidad de..._

LUCIA - De estar solo vos también. (Pausa. Se escucha un avión que pasa. Lucía levanta la vista)

JULIAN - ¿Da para una reconciliación ?

LUCIA - ¿Qué cosa da?

JULIAN - Nuestra situación_

LUCIA - (Ingenua) ¿De nosotros ?

JULIAN - (Dulce) ¿Hay otra situación, acaso ?

LUCIA - No sé. Quizás.

JULIAN - (Amoroso) ¿Vino alguien aquí ? ¿Alguien te visitó ? (Lucia no contesta) Claro que no, nadie sabe de nosotros. (Abrazándola) Llevamos años guardando nuestro secreto y no vas a traicionarlo en cuanto me ausento. (Enojado) ¿Cómo pudo llegar alguien hasta aquí ? ¿Me querés decir ?

LUCIA - (Tranquila) Supongo que por el camino que llegaste vos.

JULIAN - Los dos llegamos por el mismo camino, vos y yo, ¿y quien más ?

LUCIA - ¡Yo no recuerdo ningún camino !

JULIAN - ¡Sabés que tenés prohibido recibir gente!

LUCIA - Yo no invité a nadie.

JULIAN - Supongo que no, sería el colmo. Pero alguien vino. ¿Cómo llegó hasta aquí ?

LUCIA - (Fastidiada) Nadie llegó hasta aquí. Y sabés que si alguien viene puede golpear todo lo que quiera que yo no voy a abrirle.

JULIAN - (Más tranquilo) Tenemos un pacto y vos lo respetás, me parece bien, yo también lo respeto. Lo cumplo al pie de la letra.

LUCIA - Ningún pacto, no le abro por que no me dejás la llave

JULIAN - No es necesario que salgas. (Mientras habla recorre la habitación. Ella infla la bolsa de papel) Te falta algo acá. Lo tenés todo, es un lugar caliente en invierno, fresco en verano, estoy yo siempre con vos, que te quiero más que a nadie en el mundo y vos que no me entendés.

LUCIA - (Hace explotar la bolsa. El, en un solo movimiento se tira debajo de la mesa) ¿Te asustaste, no ? (Se para sobre la mesa) ¡Sos un cobarde! (Toma el cuchillo y lo esgrime como una espada. Julián alcanza la valija y la usa como escudo) ¡Ahora vamos a ver quien es el que se asusta!

JULIAN - ¡Dejá eso ahí, loca de mierda ! Te podés lastimar, o podés lastimar a alguien. ¿Que te pasa hoy ?

LUCIA - De eso tenés miedo, de que pueda lastimar a alguien y el único alguien acá sos vos. (Arrodillada sobre la mesa trata de alcanzar a Julian que todavía permanece debajo y trata de esquivar los cuchillazos)

JULIAN - ¡Pará, Lucia ! Que no es para tanto. ¿Que te hice yo? A vos te pasó algo.

LUCIA - (Sigue con la misma acción) ¡Nada me hiciste, fueron las circunstancias que lo hicieron todo ! Me dejaste sola más de la cuenta y pude reflexionar. ¡Eso pasó! ¡Y dejá de escudarte con mi valija!

JULIAN - Te conocí en un momento muy duro, de muchas presiones, yo tenía muchos problemas en el trabajo y sin embargo te ayudé. Vos estabas sola, desahuciada ¿O no te acordás?. ¿Perdiste la memoria ?

LUCIA - (Dejando el cuchillo sobre la mesa. Agotada) Sabés perfectamente que no me acuerdo de nada de antes de conocerte...

JULIAN - ¡Por suerte... !

LUCIA - Para vos...Podés salir de abajo de la mesa, no te voy a hacer nada. (Julián sale con precaución) Vos debés saber quién era yo antes.

JULIAN - El asunto es que estás bien, gozas de buena salud, y estás con alguien que te adora..., sólo sé que te vi y me enamoré locamente de vos. Eras tan dulce, tan tierna y parecías tan inocente que..., bueno el resto ya lo conocés. (Lucía baja despacio y dulcemente intenta abrazarlo desde atrás, Julián, que no la percibe, pega un salto desproporcionado)

LUCIA - ¡Intentaba abrazarte ! Apartarte del punto en que estabas y seguir.

JULIAN - (Más tranquilo) Algunas veces me comporto como un chico.

LUCIA - Ya somos grandes.

JULIAN - Sí pero...no siempre se trata de la edad sino de...

LUCIA - (Interrumpiéndolo) De lo vivido.

JULIAN - O de lo que queremos negar para vivir mejor, más cómodos. (Se acuesta sobre la mesa)

LUCIA - Como con almohadones de plumas. (Se para sobre la mesa y comienza movimientos en cámara lenta) Como sentados en una nube viendo como las cosas pasan debajo tuyo.

JULIAN - (Se para y la imita en sus movimientos) Dejándonos arrastrar por las brisas cálidas del norte.

LUCIA - No dejándonos atrapar por las tormentas.

JULIAN - (La abraza) Nos estamos poniendo románticos. (La besa)

LUCIA - (Dulce) ¿Está mal ?

JULIAN - No, no está mal, por el contrario, nos merecemos muchos más de estos momentos, donde podamos mirarnos a los ojos con ternura, besarnos apasionadamente, hablar con voz cálida y pausada de cosas aparentemente superficiales, pero que dan color a la vida.

LUCIA - Me gusta cuando te ponés así..., tan tierno, tan estúpido, tan...(Baja de la mesa)

JULIAN - ¿Ahora me cargás ?

LUCIA - (Riendo) Te ponés tan cursi.

JULIAN - ¿Cursi yo? Quiero hacerte pasar un buen rato y vos me decís cursi. ¿Quien entiende a las mujeres ? ¡Por Dios !

LUCIA - ¿De que mujeres hablás ? Acá hay una sola mujer...¡Ah... ! ¿Tenés problemas con otra. Por eso salís tanto.

JULIAN - Pero, Lucía, ¿que decís, vieja ? ¿De que estás hablando? Vos sos mi única mujer, no hay otra.

LUCIA - Tenemos un pacto, lo dijiste hace un rato.

JULIAN - Y que yo lo respeto. Además estamos juntos hace muchos años y sin problemas

LUCIA - ¿Entonces por que hablás de mujeres ?

JULIAN - Fue con otro sentido que lo dije..., vos entendiste la intención, pero te agarrás de eso para volverme loco.

LUCIA - Uno de los principales puntos, y este lo habíamos escrito con mayúsculas y en rojo, era el sernos fieles, aún en circunstancias de extrema soledad y angustia prolongada. El papel debe estar por ahí. (Busca por todos lados. Le revisa el saco que está en el perchero. Trata de abrir la valija, luego la tira a un costado. No lo encuentra y se rinde) Está bien, ¿dónde lo escondiste ?.

JULIAN - Yo no escondí nada. Ese papel quien sabe donde fue a parar. (Baja de la mesa)

LUCIA - Lo escribimos y firmamos el día que me trajiste para acá. (Llora contenidamente mientras habla) Tenés razón cuando decís que estaba sola y desahuciada, vos me sacaste del pozo, eso lo sé perfectamente. Pero también sé que yo cubrí un gran vacío en tu vida y que fui la oportunidad que te diste para no morirte. ¡Yo te salvé la vida !

JULIAN - ¡No hay ninguna otra mujer, lo sabés perfectamente ! En cuanto a que me salvaste la vida, debe ser una broma.

LUCIA - No se que creés que es una broma.

JULIAN - Nuestra vida a veces me parece una mala broma.

LUCIA - ¡Es la realidad que compraste para los dos !

JULIAN - ¡La realidad es lo que decimos que es... ! (Pausa larga, Julian se sienta y trata de relajarse, Lucía permanece tensa e inquieta)

LUCIA - ¿La valija es...? (Llega música lejana. Pausa)

JULIAN - Para los dos.

LUCIA - No se por que perdimos el papel.

JULIAN - Por que nunca necesitamos leerlo. Se grabó en nosotros y nunca necesitamos recurrir a él.

LUCIA - Hasta hoy.

JULIAN - Vos lo necesitaste.

LUCIA - ¡Por que estoy por estallar! ¡Por que quiero romperlo !

JULIAN - ¡El pacto únicamente se rompe con la muerte de uno de los dos !

LUCIA - En el jurabas que me ibas a dar una vida feliz, tranquila, sin sobresaltos, llena de amor y compañerismo.

JULIAN - Sin pedirte ningún tipo de reciprocidad.

LUCIA - Y a cambio yo te iba, de a poco, a dejar un espacio en mi corazón y en mi alma.

JULIAN - Sin preguntas.

LUCIA - Sin reproches ni desconfianzas.

JULIAN - Con espíritu abierto.

LUCIA - (Cambiando el tono) ¡Con la puerta cerrada ! ¡Con la ventana cerrada ! ¡Y la valija que no se puede abrir !

JULIAN (Enojado) ¿Querés salir ? (Saca las llaves de su bolsillo) ¡Tomá, acá tenés las llaves de la puerta ! Así no andás diciendo que te encierro.

LUCIA - ¿A quién le voy a decir si no veo a nadie ?

JULIAN - ¡Por eso, tomá, salí, conocé gente y después me con tás ! (Hace tintinear las llaves)

LUCIA - Yo antes conocía gente.

JULIAN - (Bajando las llaves) Se supone que sí, pero te hicieron mucho daño. Te empujaron a un abismo.

LUCIA - ¿Por qué decís eso ?

JULIAN - Porque en ese momento te encontré, cuántas veces te lo tengo que repetir.

LUCIA - (Reaccionando) Ninguna más. Dame las llaves que me voy.

JULIAN - (Buenamente se las extiende) Tomá, si me las hubieses pedido antes... te hubiese hecho un duplicado.

LUCIA - (Dudando toma las llaves) Si... ¿Hace frío afuera ? ¿Me llevo un saquito ?

JULIAN - Mejor llevate la valija.

LUCIA - (Lenta) ¡Ah.., que tonta, claro, mi regalo !

JULIAN - (Lento también) Si..., cuidate, ¿eh ? (Lucía toma la valija avanza despacio hacia la salida, Julian le da la espalda y llora entrecortadamente, ella lo percibe y se da vuelta, él, sin mirarla, levanta el brazo en forma de saludo, ella sale decidida pero llorando fuerte. Julian queda solo unos instantes. Se escuchan ruidos de llaves que quieren abrir una puerta, luego un grito ininteligible de Lucia)

LUCIA - (Apareciendo furiosa) ¡Julian, desgraciado ! ¡Ninguna llave abre esa puerta !

JULIAN - ¡Debiste haber forzado la cerradura y se rompió ! Tu bendita ansiedad, pusiste otra llave y la trabaste. ¡Ahora si que estamos listos, los dos encerrados !

LUCIA - ¡No mientas ! En este manojo no está la llave de la puerta. La llave de la puerta la tenés vos. ( Se le tira encima y trata de revisarlo bruscamente pero él la domina con facilidad)

JULIAN - ¡Te dije que estamos los dos encerrados!

LUCIA - (Tratando de calmarse pero aún forcejeando) ¡Por fin ! O sea que ya no vas a salir más. ¿Pero cómo no se me ocurrió antes ? Quitarte las llaves y..., ¿por qué no te quité las llaves mientras dormías y...?

JULIAN - Porque estás bien donde estás. Este es tu lugar, lleno de tus cosas queridas, lleno de tus fragancias, lleno del amor que le pusiste y que yo también le puse. (Con énfasis) El aire aquí está limpio, ¿me entendés ?

LUCIA - Yo cada día respiro con mayor dificultad.

JULIAN - (Señalando la ventanita por la que entra un poco de luz) Seguro abriste la ventana y te destemplaste. Ya te va a pasar y vas a ser la de antes. Un té con limón bien calentito, y ya podés respirar mejor. O mejor te compro algo en la farmacia, algo para el resfrío y listo. Ya vuelvo. (Intenta salir y Lucía lo detiene)

LUCIA - No me dejes sola.

JULIAN - Es un ratito nada más. Voy a la farmacia de la esquina...

LUCIA - (Cortándolo) ¿Hay una farmacia en la esquina ?

JULIAN - (Sorprendido) Si..., bueno en la esquina justo, justo.. no. (Cariñoso) ¡Pero eso a vos que te importa, tontita !

LUCIA - (Conteniéndose) ¿Hay o no , una farmacia en la esquina ?

JULIAN - ¿Y eso que importa ?

LUCIA - ¡Si que me importa y mucho ! ¿Y enfrente que hay ? (Como si recordase algo) ¿Una librería ? ¡Decime, por favor !

JULIAN - (Tranquilo) Vos cada día estás peor.

LUCIA - ¡Por favor Julian, estoy empezando a recordar! Siento el olor de los libros apilados en los estantes. Ese olor a papel entintado y la paz que me proporcionaba leer una buena novela. Siento en algún lugar de mi cuerpo y de mi cabeza ese dejarse adormilar por la lectura de historias de personajes que transitaban por otros espacios y tiempos muy distintos al mío, pero que me conmovían como si fuesen reales...

JULIAN - ¡Fantasías... ! ¡Siempre con tus fantasías! Tratabas de confundirte, de ser otra mujer, distinta, diferente, a contramano de los tiempos que corrían. Por suerte...

LUCIA - (Interrumpiéndolo)...te encontré a vos.

JULIAN - (Con furia) ¡Sí, claro que sí!

LUCIA - Gracias. (Pausa. Julián camina por la habitación como perdido) ‘

JULIAN - ¿Dónde estábamos ?

LUCIA - (Lacónica) No lo sé.

JULIAN - Con vos ya no se puede estar ni ir a ningún lado.

LUCIA - Debe haber muchos caminos para seguir el viaje.

JULIAN - Llenos de asaltantes. Mejor nos quedamos acá.

LUCIA - Tenés razón, nos quedamos los dos, juntos. Llenando nuestra valija.

JULIAN - Como en los mejores tiempos. (Se acerca a ella y la abraza desde atrás. La toma de los senos y la besa en el cuello. Ella en principio acepta, luego reacciona con violencia)

LUCIA - ¡Nunca tuvimos mejores tiempo !é

JULIAN - ¿Cómo que no, mi amor ? (Insiste en abrazarla, ella lo rechaza y huye. Se inicia con el dialogo una especie de persecución)‚

LUCIA - ¡No me toques ! Estás sucio de...no se, siempre venís con olor a algo que no puedo definir, olor dulzón, pero...no se, como a muerto.

JULIAN - (Turbado) ¿Que decís tontita ? ¿No ves ? Leíste demasiadas novelas, por eso decís lo que decís. (Reaccionando) ¿A ver ? ¿Dónde tengo una mancha de sangre yo ? (Se muestra como para que lo revise) ¡Olor a sangre ! (Enojado) ¿A ver ? ¿Quien tiene olor a sangre ? ¿Acaso soy Drácula yo ?

LUCIA - (Mirándolo fijo) Dije olor a muerto, no a sangre..

JULIAN - (Esquivando la mirada) Es lo mismo, quien dice muerto dice sangre. (Detiene la persecución) (Pausa)

LUCIA - ¿Mejores tiempos decías ?

JULIAN - (Distraído) ¿Cuando ?

LUCIA - Recién.

JULIAN - ¡Ah..., si ! Me refería al día que nos conocimos.

LUCÍA - ¿Nada más ?

JULIAN - Sí, a muchos más. Muchos otros días posteriores a ese.

LUCIA - ¿Cuántos ?

JULIAN - ¿Vos me estás cargando ?

LUCIA - Decíme cuántos.

JULIAN - ¿No ves que sos una turra ? No me dejás descansar.

LUCIA - Hace mucho tiempo que yo no descanso.

JULIAN - Cambiás la dirección.

LUCIA - ¿Es que esto tiene alguna dirección ?

JULIAN - Claro que si, alguna vez la tuvo. Pero ya no sé.

LUCIA - Yo llegué a quererte mucho..., ¿lo sabías ?

JULIAN - De eso se trata, ¿no?

LUCIA - De que yo te quiera.

JULIAN - De querernos.

LUCIA - Teníamos hermosas conversaciones, sobre...

JULIAN - La vida...

LUCIA - ...el amor..., la soledad...

JULIAN - Dijimos que nunca íbamos a estar solos.

LUCIA - Que no nos iba a importar de los demás, que nosotros íbamos a hacer nuestra vida a pesar de los otros.

JULIAN - Que realizaríamos nuestro proyecto en forma independiente, libre de miradas y...

LUCIA - (Interrumpiendo) Aislados.

JULIAN - Lejos de los demás, en un mundo ideal solo para nosotros dos...

LUCIA - (Interrumpiendo nuevamente) Solo para vos. (Silencio)

JULIAN - (Apesadumbrado) Solo estaba recordando.

LUCIA - (Lenta) Yo estuve a punto de recordar.

JULIAN - Es casi imposible tener una conversación hilada.

LUCIA - Ya no la podemos sostener. Yo estaba recordando el olor a libros cuando vos me dijiste que eran fantasías

JULIAN - Sí, pero antes estábamos con el problema de las llaves y...de un pacto...

LUCIA - (Confundida) Y de quien era yo y de las circunstancias y de cuchillos...

JULIAN - (Confundido también) De amantes...

LUCIA - (Cantando y bailando) Cantábamos y bailábamos.

JULIAN - Hablamos de la realidad, de los olores de mi abuela

LUCIA - (Decayendo) De la liebre los regalos la valija que te extrañé...(Cae sobre la mesa. Llora compulsivamente) ¿Por qué estoy aquí, Julian ? (Silencio largo)

JULIAN - (Acercándose a la valija) ¿Viste ? Le puse una cinta roja contra la envidia. (Mirada ininteligible de ambos) (Una sirena distinta a la primera corta el silencio. Pausa)

LUCIA - No me contestaste la pregunta.

JULIAN - (Sarcástico) Es que no entiendo "la pregunta".

LUCIA - Vos no entendés lo que no querés.

JULIAN - En todo caso la pregunta es por qué estamos aquí.

LUCIA - Vos me trajiste.

JULIAN - Viniste por tu propia voluntad. En el papel que firmamos decía, además de todo, que te entregabas a mí por tu propia voluntad. (Saca el papel de uno de sus bolsillos).

LUCIA - ¡Error! Equivocaste el movimiento. Ya sabemos donde está el papel y eso no te conviene. (Se le tira encima) ¡Dámelo! Quiero leerlo de nuevo.

JULIAN - (Esquivándola) ¡Ole ! El papel ya está firmado y el único portador era yo. Te olvidás de todo últimamente. Fui previsor y lo conservé, está intacto. (Ella trata de arrebatárselo) ¿Para qué lo querés ? Si solo sirve como testimonio de momentos lejanos que apenas recordás.

LUCIA - (Furiosa) ¡Lo quiero para guardarlo en la valija! No recuerdo lo anterior, pero si recuerdo desde que te conocí. (Insiste en sacarle el papel)

JULIAN - (De un salto se sube a la mesa) Entonces no lo necesitas.

LUCIA - Tenés razón, no lo necesito, me acuerdo de todo lo que dice. (Silencio. Retomando) Ya no quiero recuperar el papel, no hay nada en el que me pueda revelar algo nuevo.

JULIAN - ¿Y bien ?

LUCIA - Yo sólo quiero recuperar mis fantasías.

JULIAN - Qué decís...

LUCIA - Me siento presa, Julián.

JULIAN - Nadie está preso cuando hace lo que quiere, y sobre todo si tiene alguien al lado que le dice lo que le conviene...

LUCIA - ¿Alguien como vos ?

JULIAN - ¿Acaso yo no te aconsejo bien ? ¿No naciste de nuevo cuando me conociste ? (Agresivo) No te di todo el amor y el sexo que me pediste. Cuando te traje acá tenías la libido a punto de explotar, me pedías sexo y comprensión, en ese orden, y mucho más de lo primero que de lo segundo. (Calmándose) Después se empezó a compensar, y más tarde poco sexo y más comprensión, y ahora venís con recuperar la

LUCIA - (Interrumpiéndolo) ¡Terminala ! ¡Lo único que yo quiero es salir a la calle, ver otra gente, oler la podredumbre que vos decís que hay, tomar un colectivo.. !

JULIAN - (Indignado) ¿Puede ser que no hayas cambiado nada en todos estos años ? Que seas siempre la misma...que...(Se calla. Pausa incomoda)

LUCIA - ¿Vos...me conocías de antes ?

JULIAN - Olvidate. Yo no te conocía y nunca me importó tu pasado. Va a ser mejor que te distraigas con algo...,no sé..., poné música, hacé algo, pero no jodas más.

LUCIA - ¿Que me distraiga de qué ?

JULIAN - De vos misma, de tus pensamientos que no te llevan a ninguna parte.

LUCIA - ¿Y estoy en alguna parte ? (Enérgicamente se dirige al armario y trata de abrirlo sin resultado) ¡Dame las llaves ! Vamos a brindar

JULIAN - ¿A brindar por qué ?

LUCIA - Por nosotros dos y por nuestra vida juntos. (Imperativa) ¡Dame las llaves !

JULIAN - No hay destapador, ¿no te acordás que recién... ?

LUCIA - ¡Dame las llaves !.

JULIAN - ¿Para qué las querés, para romper otra cerradura ?

LUCIA - Para sacar el pan y el vino y brindar.

JULIAN - No vas a poder abrir la botella.

LUCIA - ¡No me importa ! ¡Dame ! (Julian, se las arroja con bronca. Lucía abre y ceremoniosamente pone el vino y el pan sobre la mesa) ¡La sangre y el cuerpo de Cristo !

JULIAN - Ahora te hacés la cristiana.

LUCIA - La sangre está avinagrada Julian y el pan, el cuerpo, está duro, no se puede abrir y comer, estuvieron mucho tiempo en ese armario.

JULIAN - ¿Qué decís ?

LUCIA - Acercate..., vení. Acercate a la mesa. (El lentamente se ubica en uno de los extremos, mientras que ella se coloca en el otro) Agarrá el cuchillo y tratá de cortar el pan. ¡Dale, probá !

JULIAN - Es inútil. ¿Que querés probar ?

LUCIA - Que el pan es de yeso, eso quiero probar. Que lo que me dejaste acá como reserva fue una botella de vinagre y un pan de yeso y además bajo llave. ¿Por qué me hiciste eso durante tanto tiempo ? (Pausa prolongada) ¿Por qué, Julián ? (Levanta la mesa de uno de los extremos y con bronca se la tira encima a Julián, quien por esquivar el golpe cae al suelo) (Silencio)

JULIAN - Vos a mí me tenés bronca.

LUCIA - Cometiste un error me diste tiempo para pensar.

JULIAN - ¿Cuándo ?

LUCIA - ¿Cómo me preguntás cuándo ?

JULIAN - No creí que te ibas a poner a pensar tanto.

LUCIA - Creíste que podría ser un juego.

JULIAN - (Ofuscado) Creí que me ibas a extrañar más y que íbamos a hacer el amor como en otros tiempos.

LUCIA - Julián..., creo que te tengo bronca. (Pausa)

JULIAN - Y...¿por qué ?. Si se puede saber. (Mirada prolongada de Lucía sobre Julián)

LUCIA - Porque me la hiciste creer y por que me la creí y porque te la creíste y yo quise creérmela, por que me convenía.

JULIAN - (Acomodando bruscamente la mesa) Yo sólo te ofrecí un mundo mejor...

LUCIA - ...de mierda. Vos decís que me rescataste, pero ¿dónde me trajiste ?

JULIAN - Estabas encerrada en un mundo al que no pertenecías..., o si pertenecías. A esta altura ya no lo sé.

LUCIA - ¿En que mundo estaba, Julián ?

JULIAN - Pero vos quisiste...

LUCIA - Pero ya no quiero...Me equivoqué...Estuve pensando y tratando de recordar y ...no me acuerdo ni de mi apellido...ni de mi familia..., ni de nada, no tengo historia Julián. (Se sienta en un banco y se achica lo más que puede)

JULIAN - (Acariciándola) Tu historia es mi historia, la que vivimos juntos. Estamos solos, tranquilos lejos de todos...

LUCIA - (Parándose de golpe ) ¡Mentira ! En la esquina hay una farmacia y si hay una farmacia es porque hay un barrio.

JULIAN - Tenés mucha imaginación y eso te hace mal.

LUCIA - Y debe haber muchas casas o edificios y gente que camina por las veredas y chicos que corren y juegan, coches que cruzan las calles... ¿Por qué hoy escucho los ruidos que vienen de afuera ?... ¿Hay un librería, Julián ?

JULIAN - ¿Qué te pasa hoy ? ¿Y tu dulzura ? ¿Y la mujercita buena que espera que el marido llegue del trabajo, donde está ?

LUCIA - (Yéndosele encima) ¿Quién atiende la librería ?

JULIAN - (Retrocediendo) ¿Y la mujer tranquila... ?

LUCIA - ¿Siempre atiende ese muchacho alto de pelo negro ?

JULIAN - La mujer silenciosa y callada...

LUCIA - Era tan amable y sabía tanto de novelas...

JULIAN - (Tomándola de la cintura) Esa sensualidad...

LUCIA - ¿Sigue estando en la caja esa vieja agria... ?

JULIAN - ...que desplegabas cuando estabas contenta

LUCIA - Novelas en los primeros estantes de la derecha, filosofía también a la derecha pero un poco más atrás...

JULIAN - Siempre me calentaste mucho.

LUCIA - ...y política arriba.

JULIAN - Tu mirada dulce y franca.

LUCIA - Sí, estoy empezando a recordar...

JULIAN - Eras distinta a todas las otras.

LUCIA - ...¿a todas las otras...?

JULIAN - Las otras mujeres.

LUCIA - (Despegándose de él bruscamente lo toma del cuello, lo arrastra unos metros y luego con una toma de judo lo inmoviliza) ¿Dónde están ahora esas mujeres, Julián ? 

JULIAN - (Dolorido) ¿Pero..., de que hablás ? Estabas hablando de estantes y libros y ahora...

LUCIA - (Gritando y retorciéndole aún mas los brazos a Julián) ¡Hablo de las otras mujeres con las que me comparás !

JULIAN - ¡Ay ! ¡Por favor que me duele ! Yo no te comparo con ninguna mujer, vos sos única.

LUCIA - ¡Sí, soy la única que pudo soportar todos estos años este encierro, envejeciendo sin darme cuenta !

JULIAN - Pero si te mantenés bien, pareces una pendeja. (Lucia lo arrastra por el cuarto) ¡Me lastimás, cuidado ! ¡Ay ! ¡Está bien, no sos la piba de antes, pero a mi me seguís gustando !

Además yo tampoco soy el de antes, pero te quiero como antes. ¡Ay ! (Ella suavemente lo va soltando. El tomándose el brazo dolorido, se sienta en el banco y solloza) ¡Vos no me comprendés, nunca me comprendiste ! Todo lo que yo hice lo hice siempre pensando en vos, para beneficiarte, para protegerte, y sobre todo porque estuve siempre enamorado de vos.

LUCIA - (Burlona) Me enternecés. ¿Locamente enamorado de mí ?

JULIAN - ¡Sí ! Locamente enamorado de vos. (Lucía lo lleva hasta el banquito y, sexual, se le sienta arriba, y lo abraza y franelea al punto de asfixiar a Julián, quien incómodo, intenta expresarse hablando con dificultad) Desde el comienzo sentí que esto era un poco loco. Una peligrosa locura, pero lo único que me importaba era estar con vos. Solos. Para siempre. Sin que necesites nada de nadie, ni que lo nuestro se contamine con el afuera. ¡Un viaje único, solos ! (El motor de un helicóptero se va dejando escuchar, de a poco)

LUCIA - ¡Como un gran amor ! ¡Un loco amor que hizo de esta pieza un mundo y viajó por los rincones más insólitos y que ahora necesita una valija para continuar ! (Lo besa con fuerza, luego se incorpora y lo empuja. Julián cae de espaldas) _

JULIAN - ¡¿Pero qué hacés... ?! (Intenta incorporarse. Lucía se lo impide mientras manotea el cuchillo que está sobre la mesa y se lo coloca debajo del mentón) Me estás asustando de verdad. ¡Calmáte...! ¡Serenáte ! (Lucía afloja y Julián piensa que logró calmarla) Dame, dame el cuchillo...

LUCIA - (Amenazante y tensionándose nuevamente) ¡No te muevas... ! Estoy pensando en matarte y... después...

JULIAN - ¿Pero que decís, Lucía ? ¿Matarme a mí, que te salvé la vida ?

LUCIA - ¡Vos no me salvaste la vida ! ¡Vos te apropiaste de mi muerte !

JULIAN - (Tratando de seguir su locura) ¡Está bien, perdoname ! Yo hice lo que pude. (Lucía va aflojando) En un primer momento pensé que iba a durar poco tiempo, pero después..., me enamoré de vos, vos también de mí, te traje a vivir aquí, hicimos un pacto y... bueno el resto ya lo conocés. ¡Soltame, Lucía ! (Ahora el motor del helicóptero se escucha más claramente).

LUCIA - (Apretando nuevamente) ¡Y mi pasado ! ¿Adónde quedó ?

JULIAN - No sé nada de tu pasado te lo juro. Solo sé que estabas mal, sola. Aunque conocí muchas mujeres para mi vos siempre fuiste la más linda, la mejor, la que más me gustaba. Pero yo no sabía nada de vos.

LUCIA - (Suavemente en el oído) Hoy esto se acaba.

JULIAN - (Siguiendo el juego) ¡Eso, matémonos los dos, si eso te hace creer en mí ! (Intentando zafar) Hay otro cuchillo en el armario..., dejáme agarrarlo. (Lucía le impide moverse) Así nos matamos los dos juntos y esto se termina y así no sufrís más, y te vas a sentir libre, pero vamos a seguir juntos aún en la muerte. Y los que encuentren nuestros cuerpos, uno al lado del otro, sabrán que aquí se escribió la más grande historia de amor de todos los tiempos.

LUCIA - (Liberando lentamente a Julián) Una historia sin historia. (Se aparta pensativa) Una historia que no tiene pasado... (Sintiéndose liberado, Julián, se abalanza sobre ella para arrebatarle el cuchillo que aún conserva en sus manos y revertir la situación. Lucía se da vuelta con rapidez y pone el cuchillo de frente para defenderse y lo clava en el pecho de Julián)

JULIAN - (Con profundo dolor)...¡Me ma...taste Lucía... ! Ya se rompió el pacto. Mataste...lo único que...tenías. Sólo te queda...mi regalo...la valija..., Lucía. (Mientras va cayendo al piso) ¿Y nuestro amor...Lucía ? (Lucía queda paralizada por el espanto. Julián cae al piso y tiende una mano hacia ella, ella se acerca compasiva y el casi sin vos le habla al oído) Yo estoy muerto, Lucía..., pero...vos...,vos ... (El ruido del motor del helicóptero es casi ensordecedor. Lucía con un grito desgarrador, le arranca el cuchillo del pecho, y con furia se lo vuelve a clavar. Julián termina de desplomarse. Lucía nuevamente le quita el cuchillo para volver a clavárselo, pero detiene su movimiento para dejar paso a un doloroso y triste llanto. El ruido del motor del helicóptero va bajando mientras se le suman a este los ruidos de la calle : una sirena, risas, voces lejanas, un avión que pasa, música, etc. Con estos sonidos de fondo Lucía se desviste lentamente, toma la valija y la abre sin dificultad, pone su ropa dentro de esta, la cierra, alisa la cinta roja y desnuda, sale, mientras bajan lentamente las luces y toma el centro de la escena el sonido del helicóptero).

FIN

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