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Los
créditos van sobre las imágenes de Inés y Miguel en pleno acto sexual (No
explícito, sugerido con primeros planos) sobre la cama del dormitorio
perteneciente a un pequeño y modesto departamento de dos ambientes. Las expresiones
de Inés van desde la esperanza al desaliento, pasando por la curiosidad, la
impresión de que sí y de que no, la angustia, el placer más o menos, la
impaciencia y la bronca. Las expresiones de él son de expectativa,
laboriosidad, agotamiento, placer, nerviosidad, etc. Miguel experimenta un
orgasmo a pesar suyo cuando se ve el último crédito con el nombre del
director. INES:
(Golpeando los puños contra la almohada muy angustiada)
¡No puedo, no hay caso, no puedo! (Miguel
la mira sin saber qué hacer, también deprimido y angustiado) MIGUEL:
(Tímidamente) Yo tampoco... (Se siente fracasado). INES:
(Apartándose de él) ¿Cómo "yo tampoco", si acabás de llegar?! MIGUEL:
¡Y yo qué culpa tengo! ¡Yo no quería llegar! INES:
¡No querías pero llegaste...! (ENOJADA) ¡¡Lo que pasa es que vos no pensás
en mí, no me tenés en cuenta!! ¡¡Lo único que te preocupa es tu propio
placer!! MIGUEL:
¡No, no es así! ¡Yo trato de esperarte pero vos no llegás nunca! INES:
¡Claro! ¡¡Decímelo otra vez!! ¡¡Soy yo la que no sirvo...!! ¿No es
cierto? MIGUEL:
No... Yo no digo eso... INES:
¡Pero lo pensás! (Miguel
vacila y se calla para no lastimarla) INES:
¿Y si yo te dijera que sos vos el que no servís, que sos un nene incontinente? MIGUEL:
(Ofendido en su orgullo de macho) ¿¡Que yo no sirvo?! ¿Y qué pasó hasta que
empezaste a...? INES:
¿Ves? ¡Seguís diciéndome que yo empecé a fallar! MIGUEL:
¡Claro, yo no cambié! ¡Sos vos la que no llega! ¡Yo tardo lo mismo que
antes! ¡Mirá! (Señala el despertador) ¡Hace más de 10 minutos que
empezamos! INES:
¿No ves que el que no sirve sos vos? ¡Hacés el amor mirando el reloj! (Se
para desafiante) ¡¡No servís!! MIGUEL:
(Sale de la cama, tocado en su orgullo) ¿Que yo no sirvo? INES:
¡A mí no me servís! MIGUEL:
¡Andá y buscáte otro que te sirva! ¡Alguno de esos tipos que no pueden
acabar nunca! ¡Ahí no vas a tener ningún problema! INES:
¿No ves que sos una bestia? MIGUEL:
Pero esta bestia funciona... ¡No falla la bestia! INES:
(Dándole la razón, cabecea afirmativamente) ¡Tenés razón...! La
bestia no falla... Fin
del fragmento de En busca del orgasmo perdido. Para conocer más, pedirlo al
autor por E-mail. |
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