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La
anécdota
Esta
fue la primera producción de Raúl Lecouna como productor
independiente.
Carlos
Lozano Dana presentó una historia que fue aceptada tanto por el señor
Lecouna como por el protagonista que, ya se sabía, sería Arnaldo André.
Mientras
se armaba el resto del elenco, Lozano Dana escribió los primeros libros
y me llamó para que colaborara con él. Fue un gran aprendizaje para mí
trabajar con Carlos e hicimos juntos un gran éxito.
Como
dato histórico quiero destacar un hecho importante en la televisión
argentina y en mi propia carrera personal. Corría el año 1984 y la
recién reconquistada democracia empezaba a funcionar.
Apenas se habían emitido los primeros capítulos cuando el
Estado devuelve el canal 9 al señor Alejandro Romay, su legítimo dueño.
Esto significaba que después de muchos años un canal de televisión
volvía a ser privado.
El argumento, el
estilo.
“Amo
y señor”, fue una novela distinta a las tradicionales. Si bien
conservaba todos los códigos del género, sus personajes eran más
tridimensionales y contradictorios, lo cual los hacía mucho más ricos
y humanos en comparación a los acostumbrados prototipos tradicionales
de telenovela.
Aún
hoy se la recuerda por una característica que quedó como su marca de fábrica:
las cachetadas. Pero no era simplemente la heroína la que abofeteaba al
protagonista (como se podía ver en otras novelas si él se atrevía a
robarle un beso contra su voluntad) sino que el héroe, por primera vez
en la historia de las telenovelas, devolvía la bofetada.
¡¡Imagínense, el muchachito abofeteando a la chica!!
Marcó un hito: desde ahora el galán y la chica podían
abofetearse de igual a igual.
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