Con olor a Papá
Al drepa le batimos mi viejo o mi papá, según las circunstancias o la edá. Yo estaba en el apronte de rajar para el cole. El me pasó revista; supervisó mis uñas, el guardapolvo blanco, me fichó la lustrada, me peinó con gomina, me anudó la corbata. Su paternal embroque fue siempre de caricia; me miraba hacia ajoba, yo a él para arriba. Hoy lo sigo junando y a pesar de su piro, de arribeño me sigue revoleando sonrisas. Por sus cosas de macho; mate amargo, tabaco, su crema de afeitar, y además el ruidito, de la yile filosa raspando a contra pelo, yo siempre quise ser igualito a mi viejo. Mientras él se afeitaba, yo iba haciéndole muecas; el cuello para un lado, la jeta para allá... Pungándole en secreto su colección de gestos, yo me estaba afeitando, igual que mi papá. Manyó que lo imitaba y ahí sí, me dio la cana mi buen Papá Noel de la barba espumada que bromeó: "¡qué hacé, mono! ", riéndose con ganas. Yo también me reía ( ¡uy qué linda mancada!) Le di un beso a lo bruto, me rajé para el cole. -
¡Chau papá! -dije y él, que seguía riendo, -
Volvé, que estás llevando mi jabón en tu ñata. Yo me hice el sordeli y me olvidé contento. Me sentía feliz al entrar al colegio. Tenía olor a mate y a su tabaco negro perfumado de espuma del jabón de afeitar. Traía en la nariz olor a mi papá. PREMIO MENCIÓN XII CERTAMEN POETICO RIOPLATENSE Y |
E-mail: Rpsalcedo@argentores.org.ar espacio cedido por ARGENTORES |