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MANIFIESTO Personajes
Un espacio de trabajo. Los pocos objetos que se ven, son funcionales y tienen que ver con la tarea artística de él. Máscaras, telas, vendas. Latas de pintura, pinceles, alambres, maderas, herramientas de todo tipo, etc. Vemos un equipo de música, una mesa, dos sillas. Muchas botellas de whisky y ginebra vacías, y algunas llenas. El fotógrafo está comenzando a armar su equipo fotográfico. El está probando el funcionamiento de su grabador de mano. Mientras hace esto, camina enérgicamente por el espacio y observa de reojo las acciones del fotógrafo. EL Voy a grabar algunas ideas que me están dando vuelta antes de que se evaporen. (SE RIE) ¿Estás cómodo? (El fotógrafo sonríe nerviosamente ) EL FOTOGRAFO Quería pedi… EL (alterado) ¡Te pido, te suplico que no me hables! Ya te avise que era así. Hicimos un pacto. Quiero que entiendas que necesito absoluta concentración, absoluta… (Busca la palabra. Desiste. Permanece unos instantes pensativo. Enciende el grabador. Mientras graba, su cuerpo está siempre en movimiento) "Esta es una época triste. Finalmente ganaron los idiotas. Muñecos de arena, día y noche interconectados entre sí al vacío guardando la secreta esperanza de tener el control sobre algo por el solo hecho de apretar botones, botones. Idiotas, de cuerpos perfectos, que nada contienen. Incapaces de una sola idea original. De apasionarse por algo. Estrategas de lo efímero. Voraces en la repartija de los restos. Asco. Asco. Asco. (Le echa una mirada desafiante al fotógrafo) Convivo con esta sensación de asco permanente. Los pliegues de la condición humana exhalan un hedor paralizante y ya he permanecido demasiado tiempo impotente ante los gases de este nuevo campo de exterminio. Desnudo. Descarnado. Deshecho. (Pausa) En la calle veo cuerpos tirados con sus caras reventadas contra el asfalto después de haberse inyectado droga hasta en las venas de los ojos. (Con voz de falsete) Los maniquíes, los muñequitos de arena, saltan y esquivan los bultos con temor al contagio a mancharse el terciopelo de sus zapatos azules. Quieren correr, levantar vuelo, pero les pesan los cables de sus controles remotos. Me da risa verlos, con el ceño fruncido y palpitaciones llamando a sus mujeres, a sus mamás, avisando que van a llegar tarde porque algo imprevisto sucedió camino a casa. (Pausa. El fotógrafo comienza a sacar el equipo de su bolso. Sus movimientos son tensos, cuidando de no hacer ruido) (Con su voz normal) Y algo imprevisto va a suceder en la vida de ustedes. Pero no en la mía. Porque yo soy el oficiante de esta ceremonia y soy al mismo tiempo el artista y su obra maestra. La manifestación del arte total. (Pausa) Si yo no los necesitara no les abriría la puerta de mi casa. Si yo no los necesitara no les abriría las puertas de mi cuerpo. Si yo no creyera en el poder redentor de las miradas horrorizadas no me arrojaría al vacío". (Apaga el grabador) (Al fotógrafo, agresivamente) Hacé lo que tengas que hacer, el ruido no me molesta pero sí, verte caminar en puntas de pié. (Se miran fijamente unos instantes, midiéndose.. luego él se aleja dándole la espalda. El fotógrafo se queda observándolo unos instantes, molesto, fastidiado. Después va hacia el trípode, se ubica detrás de la cámara y lo enfoca. El gira y al verlo, le sonríe seductoramente. Luego va y enciende el grabador. Mientras dice el siguiente texto, el fotógrafo le saca algunas fotos, y El despliega su histrionismo frente a la cámara. Los movimientos y actitudes del fotógrafo se asemejan a los de un cazador al acecho de su presa: la imagen deseada) En caso de requerir el texto completo, por favor contactarse con la Autora |
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