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| Ponencia leída en el 3er. Congreso Nacional de Dramaturgos, organizado por Argentores - Córdoba 2001 Pensamientos sobre nuestro trabajo grupal -El trabajo grupal es una incesante construcción. Un devenir consciente del “yo” hacia el “nosotros”. -Su posibilidad de permanencia no requiere de los integrantes condiciones especiales de talento o brillantez intelectual. Lo que si procura, entre otras cosas, es un fuerte anhelo de pertenencia, en pos de una tarea y objetivo común. Y la confianza en que el intercambio siempre es enriquecedor y aun más cuando no refuerza muestras ideas y/o creencias establecidas, si no que las confronta, y permite en ese movimiento de fricción, inaugurar nuevos visiones. -Un grupo siempre enseña sobre el respeto por las diferencias. A como convivir con estéticas muy diversas. A correrse del lugar de la propia mirada, contaminada por hábitos y apetencias, para así poder “ver” el imaginario del “otro”, en su singularidad y riqueza especifica. - Es una convocatoria a la apertura y a la flexibilidad, basada esencialmente en el diálogo y que sólo es posible, si éste subsiste y ocupa un espacio protagónico. Si se permite que la palabra circule y los sentidos se multipliquen. -Es un aprendizaje a utilizar la critica en un sentido sumatorio, sabiendo que se tiene entre manos una sustancia muy delicada y susceptible, como lo es todo proceso creador. Un entrenamiento a examinar los materiales con el objetivo claro de estimular la continuación del proceso. Aunque éste varíe de dirección. Por eso es necesario estar alerta a no caer en actitudes hipercríticas, impugnadoras, que ocasionen el corte o la inhibición de la dinámica -Un reconocimiento a que el trabajo de elaboración, con sus idas y vueltas, es tan rico e interesante como el resultado de la obra terminada. Esto permite instalarse en los encuentros grupales sin ansiedad desmedida, y sin expectativas a satisfacer de modo inmediato.. -Es también una práctica a socializar la información y a compartir los logros de los otros. Esto invariablemente nos confronta con nuestra capacidad de experimentar en el cuerpo, la palabra “encuentro”. -Una posibilidad de valorar y disfrutar la invitación constante a mostrar nuestro trabajo, como acicate y estímulo y no como presión paralizante. -Un saber de que este espacio no está edificado sobre la casualidad o el azar. Es una voluntad re-unida a crecer como personas y artistas. A poder investigar sobre nuestros limites y potenciales, en compañía. -Un lugar de resistencia, al exacerbado narcisismo, al aislamiento, a la lucha por la sobrevivencia que muchas veces justifica lo injustificable. En síntesis, un lugar para resistir, creando. De la mano de otros. |
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