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| Personajes:
La escena: Patio de una casa muy humilde. Numerosos muebles de distinto estilo ocupan gran parte del espacio. Mario recorre los muebles con papeles y una birome en la mano. Susana sentada, completa un crucigrama. ESCENA I SUSANA.- Gentilicio de Burkina Faso. Ocho letras, empieza con b larga. MARIO.- ¿Qué? SUSANA.- Vertical. El crucigrama, Mario. Gentilicio de Burkina Faso, ocho letras, empieza con b larga. MARIO.- (En otra cosa) No tengo idea. SUSANA.- Dale, pensá, Mario. MARIO.- No puedo pensar en un crucigrama, Susana. Vos tampoco deberías pensar en crucigramas. ¿No te parece? SUSANA.- Bueno, me entretengo y mientras tanto me cultivo. Vos nunca me ayudás en nada. Ni siquiera en los crucigramas. Últimamente, ni crucigramas hacemos juntos. MARIO.- ¿Qué decís? SUSANA.- Eso. Desde que dejaste la Facultad que no hacés ni siquiera un crucigrama. MARIO.- ¿Qué tiene que ver la Facultad con los crucigramas, me querés decir? SUSANA.- Bueno, me acuerdo que cuando estabas cansado de estudiar, para distraerte, hacías crucigramas. Eras bueno con los crucigramas. MARIO.- Las cosas cambiaron, Susana. En aquella época yo iba a ser Ingeniero Mecánico. Y soy la segunda parte nada más. Mecánico. SUSANA.- Eras tan inteligente. Bah, sos inteligente. MARIO.- Las cosas cambiaron, Susana. Para todos nosotros, en este país, las cosas cambiaron. SUSANA.- (enfática) Sos inteligente. MARIO.- Sí. Pero no me acuerdo cómo se llama a los habitantes de Burkina Faso. SUSANA.- ¿Dónde quedaba Burkina Faso? MARIO.- En África. SUSANA.- Viste que sabés. MARIO.- ¿Vos viste dónde vivimos ahora? ¿A dónde fuimos a parar? ¿Sabés hace cuánto que alguien no me pregunta dónde queda Burkina Faso? ¿Te parece que tenemos que pensar en eso? SUSANA.- Que no tengamos para comer, no es justificativo para no cultivarse. Yo hago crucigramas. Vos en cambio... ¿qué hacés? MARIO.- Pienso. SUSANA.- ¿En qué? MARIO.- Mirá, si querés yo me encargo de pensar cómo hacemos con los chicos. Pero al menos, ayudame a ponerle precios a estos muebles. Todavía no sabemos qué cobrar. SUSANA.- ¿Te parece venderlos, nomás? ¿Tanto te molestan? MARIO.- Susana, entendelo. Tocamos fondo. Nos desalojan, Susana. Enterate de una vez. Vendiendo los muebles, al menos, sobrevivimos hasta que hayamos terminado con los chicos y con nosotros mismos. Además, no me molestan. Pero siempre fuimos gente honesta. Hay que dejar las cuentas saldadas. SUSANA.- Bueno, está bien. Para que no creas que no pienso yo también. Que no me preocupo por vos, por mi familia. Para que no creas que soy una madre y esposa desalmada. (pausa) ¿Dónde los enterramos? MARIO.- ¿Te parece que eso es en lo primero que tenemos que pensar? SUSANA.- ¿No vas a dejar que los entierren los parientes? MARIO.- Tus parientes, querrás decir. A mí no me queda ninguno. SUSANA.- Menos mal. Por que en vida, querido, no valían mucho más que los míos. MARIO.- Yo no dije que valieran más. Sólo dije que no tengo. Además, la que sacó el tema de los parientes fuiste vos. SUSANA.- Saqué el tema de los parientes porque se me ocurrió que si no pensamos nosotros dónde enterrarlos, ¿quién lo va a hacer? MARIO.- Bueno, pero lo que te quiero decir es que no tengo ganas de discutir acerca de quién tiene o tuvo mejores parientes. Ya lo hablamos mil veces. Los tuyos son una mierda y los míos ya no existen. SUSANA.- No querés hablar de los parientes, pero aprovechás para insultar a mi familia. MARIO.- No seas hipócrita, Susana, si la que primero habla cosas terribles sobre tu familia, sos vos. ¿O miento, ahora? ¿Miento? No te quedés callada. Decíme: ¿miento yo ahora? SUSANA.- Bueno, ¿pero dónde los enterramos? MARIO.- Susana, en este caso, ¿te parece que tiene sentido ver dónde enterrarlos? SUSANA.- Los muertos se entierran. MARIO.- ¿En este caso también? ¿Hará Falta? SUSANA.- Sí. MARIO.- Está bien. Primero hay que ver cómo nos deshacemos de ellos. SUSANA.- ¿"Deshacemos"? ¿Qué sos poeta, ahora? No querés hacer crucigramas, pero ¿te dedicás a la poesía, ahora? ¿Deshacemos? ¿Deshacemos? Hace un rato decías... ¿cómo decías? Ah, sí, "cuando hayamos terminado con los chicos y con nosotros" o algo así. Linda manera de llamar la cosa tenés vos. MARIO.- ¿"La cosa"? Yo digo "deshacemos" o "terminado" y vos decís "la cosa". Me parece que en cuestión de coraje empezamos mal. SUSANA.- Es que no somos asesinos, Mario. No lo somos. Y lo sabés muy bien. Esto no es un acto de criminales, de gente sin escrúpulos. Esto no es más que un acto de amor. Lo sabés muy bien. MARIO.- Ya sé. Si los dos somos más buenos que el arroz con leche. ¿Alguna vez soñaste con algo así? Nunca. Y yo tampoco. SUSANA.- ¿Y vos qué soñaste, Mario? MARIO.- Mirá con lo que me venís ahora. SUSANA.- ¿Y? ¿qué tiene? ¿Está mal preguntar por los sueños? Me parece un buen momento, ahora que sabemos que nunca los vamos a cumplir. MARIO.- No sé. Me agarrás desprevenido. Soñé tatas cosas. Una casa mejor que esta. Un laburo piola. Terminar la carrera, ser Ingeniero, poder mantener a mi familia, como hicieron mis viejos y mis abuelos y... Mandar a mis hijos a la Facultad. Mirá... soñaba con mandar a mis hijos a la Facultad como hizo mi abuelo y mi viejo y apenas los pudimos mandar a la escuela para que les dieran la copa de leche. SUSANA.- Qué cosa, ¿no? MARIO.- ¿Eh? SUSANA.- Copa de leche. ¿Por qué le llamarán copa de leche? Si les dan jugo y en un vaso. MARIO.- Mirá las cosas que pensás. SUSANA.- No puedo imaginarme a un chico en la escuela con una copa en la mano. MARIO.- Susana... SUSANA.- Es peligroso. MARIO.- ¿Qué cosa es peligrosa? SUSANA.- Una copa. Una copa en las manos de un chico. ¿A quién se le habrá ocurrido? MARIO.- Nunca le dieron ninguna leche ni jugo en ninguna copa a ningún chico en ninguna escuela, Susana. SUSANA.- Ya sé. Pensaba, nomás. Imaginate, una copa de vidrio... en la manos... (Pausa) Así que eso soñabas. Esta bien. Yo también, pero además... MARIO.- (la corta) Ah, ¿sabés, qué sí soñé siempre, toda la vida? Una cosa que te va a parecer estúpida, una boludéz, superficial. Pero para mí fue una obsesión siempre. Incluso ahora que ya sé que nunca la voy a cumplir. SUSANA.- ¿Qué cosa? MARIO.- Una Chiva. SUSANA.- ¿Una qué? MARIO.- Una chiva SUSANA.- ¿Qué es eso? ¿Un animal? ¿Una mina? ¿Una puta? ¿Qué? MARIO.- Una chiva, Susana. Una chiva es una Chevy, Chevrolet cupé, dos puertas. No se fabrican más, pero todavía se consiguen unas que están una joya. Amarilla. Dos puertas. ¿Te dije? Amarilla. Tapizado de cuero color maíz. Vidrios polarizados. Faros de iodo. SUSANA.- Mario... MARIO.- Pará, pará. Y lo fundamental: caballitos en degradé pintados en las puertas. Las puertas de las chevy cupé son enormes y entonces es el auto en que mejor quedan los caballitos en degradé. ¿Entendés? SUSANA.- ¿Caballitos en degradé? MARIO.- Sí, ¿me vas a decir que nunca viste un auto con caballitos en degradé en las puertas? SUSANA.- Sí, Mario. Vi. Ver, vi. Pero nunca imaginé que ese podría ser tu mayor sueño en la vida. MARIO.- No dije que fuera lo que más hubiera soñado. Dije que "también", siempre soñé con una Chiva. SUSANA.- Con caballitos en degradé. MARIO.- Bueno, y los vidrios polarizados y el tapizado de cuero color maíz y todo lo demás... (Pausa) SUSANA.- ¿Querés una copita de ginebra? Quedó un culito de la botella que nos trajo González. MARIO.- Dale, ya que estamos, serví y la terminamos. ¿Qué marca es esa ginebra? No tiene etiqueta. La botella es rarísima. SUSANA.- No sé, Mario. Si vos no sabés de ginebras, menos yo. MARIO.- Es rara, ¿no? Y linda. SUSANA.- ¿Te sirvo? MARIO.- Dale. Un dedo. SUSANA.- Un dedo vertical. Tomá. MARIO.- Después podés hacerte un velador vos que te das maña con las manos. Yo me encargo de la parte eléctrica. SUSANA.- ¿De qué hablás? MARIO.- Que con la botella, ahora que la terminemos, te podés hacer un velador. SUSANA.- ¿Un velador? ¿Un velador? MARIO.- Sí, ¿nunca viste un velador hecho con una botella? SUSANA. Sí, Mario. Vi. Ver, vi. ¿Pero vamos a cometer un triple asesinato y vos pensás en que yo, "como me doy maña con las manos", haga un velador con una botella que nos trajo González? MARIO.- Bueno, era una idea, nada más. (Pausa. Mientras va hacia la puerta) Si no te gustan los veladores con botellas... (Baja la luz, cuando va a producirse el apagón, las luces suben nuevamente. Mario entra alterado). Este es solo un fragmento de la obra, para obtenerla en forma completa, por favor, comuníquese con el autor. |
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